Revibe Febrero 2021

LA ORACIÓN, ENCUENTRO PERSONAL DIRECTO ORAR EN RECEPTIVIDAD:
DEJARME MIRAR, HABLAR Y AMAR POR ÉL

Bienvenido/as a un nuevo encuentro de fe y amistad.

El próximo día 17 de febrero comenzamos la Cuaresma con el rito de la ceniza. Tenemos cuarenta días para renovar nuestra fe, nuestra oración y nuestro compromiso para llegar a la Pascua. Ojalá sea un tiempo rico en el que permanezcan vivas en nosotros esas “brasas” de las que surgen las cenizas y podamos resucitar también con Cristo para dar respuesta a ¿qué es la fe? y ¿qué es vivir la fe en el momento que nos encontramos?

El Papa Francisco en el mensaje de cuaresma, recordaba que la cuaresma es un camino de formación del corazón y nos invita a rezar diciendo: “Haz nuestro corazón semejante al Tuyo”.

Con este deseo nos ponemos en la presencia de Dios y comenzamos proclamando el evangelio del domingo siguiente (véase www.centroberit.com apartado Evangelio y Comentario) y a continuación ponemos en común lo que nos sugiere a cada uno.

Tema de la reunión: “La oración, encuentro personal directo orar en receptividad: dejarme mirar, hablar y amar por él” (Libro: Dejarnos hablar por Dios, Ed. Herder, Martínez García, F., pág 71 – 84) dos temas que todos conocemos pero a todos nos conviene recordar, profundizar,…

La oración como nos dice Santa Teresa “no es otra cosa oración mental –a mi parecer- sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama” (Libro de la Vida 8,5)

A continuación vamos expresando lo que nos sugiere respondiendo a las siguientes cuestiones que nos ayudarán en el diálogo:

  • ¿Qué experiencia de Dios me mueve y me sostiene en estos momentos de soledad, pesimismo, cansancio…?
  • Orar es vivir en relación, ¿cómo es mi relación con Dios? ¿es una categoría más de lo que tengo qué hacer o es algo que configura mi persona?
  • Después de haberme dejado iluminar y esclarecer cómo es mi vida, ¿cuál sería el compromiso en esta cuaresma?

Nos despedimos pidiendo a María que nos ayude y rezamos

¡Madre, ayuda nuestra fe!
Abre nuestro oído a la Palabra,
para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada.Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa.Ayúdanos a fiarnos plenamente de él,
a creer en su amor,
sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar. Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado. Recuérdanos que quien cree que no está nunca solo. Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea la luz en nuestro camino.
Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros,
hasta que llegue el día sin ocaso,
que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.(Papa Francisco)

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