“Crea en mí un corazón puro”
Inconsciente histórico y discernimiento en el espíritu.
Bienvenida: Queridos amig@s: seguimos inmersos en la gran aventura de “caminar juntos” participando en el PROCESO SINODAL. Proceso que no es fácil. Nuestros egos, falta de formación, oración, tiempo… impide que nos abramos al Espíritu Santo. Comenzamos nuestra reunión abriendo el corazón y rezando juntos:
Señor rey de la fraternidad.
Dame la luz para darme cuenta,
de que también yo, puedo estar equivocado en algunas ocasiones,
cuando en el diálogo surgen desinteligencias.
Dame también la serenidad,
para pensar que también el otro,
busca la verdad honestamente.
Y permíteme que yo pueda enriquecerme
Con la verdad de los demás.
P. Ignacio Larrañaga
Proclamamos el evangelio del próximo domingo: Véase: www.centroberit.com, apartado Evangelio y Comentario). En torno a la escucha del evangelio, hacemos una breve meditación y la compartimos con el grupo.
Tema de la reunión: “Crea en mí un corazón puro” Inconsciente histórico y discernimiento en el espíritu. (Martínez García. F., Dejarnos hablar por Dios, Ed. Herder, Barcelona, 2006, págs. 325-332). Para acceder al texto, pulsa aquí.
En un estilo sinodal, tomamos decisiones desde el discernimiento de lo que el Espíritu Santo está diciendo a través de toda nuestra comunidad. Este discernimiento transforma nuestra vida. Hagámonos algunas preguntas a la luz del texto que hemos leído, reflexionado y en ese ambiente de oración, de Presencia para poder compartir el día de la reunión:
- ¿Qué dificultades tengo que me impiden madurar? Miro como las vivo y me pregunto:
- ¿me dejo arrastrar por el mundo exterior? y/o ¿Me encierro en mis creencias?
- ¿me hago consciente de ellas y me abro a los demás, al Evangelio y camino en la búsqueda de la identidad profunda cultivando la gratuidad evangélica?,
- ¿Este caminar me ayuda a integrarme responsablemente en la vida de la comunidad, de la Iglesia, de la política, trabajo, familia…?
Despedida: Nostr@s somos enviados, Señor, a anunciar tu Evangelio y mostrar tu Reino. Que tu soplo de vida nueva alcance nuestros corazones y finalizamos la reunión pidiendo a María que nos ayude.: “Dios te Salve María…”
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