SÍNODO 2021-2023 – FASE DIOCESANA
1.- Sed bienvenidos a un nuevo encuentro de fe y amistad. Comenzamos orando juntos:
Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre.
Tú que eres nuestro verdadero consejero: ven a nosotros, apóyanos, entra en nuestros corazones.
Enséñanos el camino, muéstranos cómo alcanzar la meta.
Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras.
No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos.
Concédenos el don del discernimiento, para que no dejemos que nuestras acciones se guíen por prejuicios y falsas consideraciones.
Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia, sino que en nuestro peregrinaje terrenal nos esforcemos por alcanzar la vida eterna.
Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar, en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos. Amén.
2.- A continuación escuchamos el Evangelio dominical y compartimos lo que nos sugiere a cada uno.
3.- Cuestionario fase diocesana del Sínodo.
El Sínodo nos hace una pregunta fundamental para escucharnos y escuchar al Espíritu a través del grupo sinodal comunitario:
En una Iglesia sinodal, que anuncia el Evangelio, todos “caminan juntos”. ¿Cómo se realiza hoy este “caminar juntos” en la propia Iglesia diocesana y en sus parroquias y comunidades? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos”?
Al responder a esta pregunta, se nos invita a escucharnos en un proceso espiritual y comunitario para discernir lo que nos dice el Espíritu, en un doble nivel; parroquial/comunitario y diocesano:
¿Qué experiencias de nuestra parroquia/comunidad y de la Iglesia diocesana hacen referencia a esa pregunta fundamental? ¿Qué alegrías han aportado? ¿Cuáles son las dificultades y los obstáculos que hemos encontrado? ¿Qué heridas han provocado? ¿Qué intuiciones han suscitado?
¿Dónde resuena la voz del Espíritu en esas experiencias parroquiales/comunitarias y diocesanas que hemos escuchado en el grupo en actitud orante? ¿Qué nos está pidiendo esa voz del Espíritu? ¿Cuáles son los puntos que han de ser confirmados, las perspectivas de cambio, los pasos que hay que dar tanto en nuestra parroquia/comunidad, como en nuestra iglesia diocesana?
¿Dónde podemos establecer un consenso? ¿Qué caminos se abren para nuestra parroquia/comunidad y para nuestra Iglesia diocesana de Zaragoza?
4.- Nos despedimos dando gracias por esta nueva oportunidad de vivir la comunión, realizar la participación y abrirnos a la misión y encomendamos los trabajos del Sínodo a la protección maternal de la Virgen María:
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita! Amén.
RVB_NOV_21-MRL.pdf (109 descargas)
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