El pasado día 22 de enero de 2024, tuvo lugar una nueva sesión del curso anual del Instituto Diocesano de Estudios Teológicos para Seglares, esta vez a cargo de D. Rafael Fleta Soriano, biblista y profesor del Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón, bajo el título «Salud (Hch 6-7: el joven intercultural. Siempre estamos de camino a Damasco»., cuya transcripción -no necesariamente literal- se incluye a continuación.

1. Introducción

He hecho una pequeña presentación donde digo que Pablo es la figura más influyente del cristianismo primitivo y se presenta como cristiano judeo helenista. Esto va a ser fundamental. Y en el libro de los Hechos de los Apóstoles se le describe como ciudadano romano originario de una ciudad griega, Tarso.

«Pablo es la figura más influyente del cristianismo primitivo»

Así en su persona se encuentran tres elementos, ciudadano grecorromano, judío y cristiano. Estas relaciones constituyen el mundo paulino. Según el relato lucano de Hechos, el movimiento cristiano primitivo actuó generalmente como un grupo judío.

Pero pronto los cristianos se vieron presionados desde dos lados. Por una parte, las comunidades judías no cristianas incrementaron actividades hostiles contra esta facción judía -los cristianos-, tratando de que no se les identificara con ellos porque el poder romano podía considerar que al ser lo mismo las comunidades judías participaban de la, podemos decir, subversión de las comunidades cristianas. Y por otra parte, los propios romanos desconfiaban de los nuevos movimientos religiosos y de nuevas organizaciones porque podían ser subversivas para el imperio.

En estas circunstancias habría sido aconsejable que las comunidades cristianas se hubieran identificado con las comunidades judías, al fin y al cabo partían del judaísmo, para evitar conflictos. Pero no fue así, y precisamente por Pablo. Al confluir en Pablo ambos mundos, el mundo judío y el mundo helenístico romano, el paso del tiempo posibilitó que en él se pudieran integrar ambas culturas, culturas completamente distintas.

«Al confluir en Pablo ambos mundos, el mundo judío y el mundo helenístico romano, el paso del tiempo posibilitó que en él se pudieran integrar ambas culturas, culturas completamente distintas».

Esto provocó una interculturalidad, una integración. Esta charla de hoy tiene dos puntos principales. Ya dice el título, por una parte la interculturalidad expresada por la apertura que Pablo hace del cristianismo, nacido en el seno del judaísmo, pero lo abre hacia la sociedad helenístico romana, es decir, hacia el paganismo, pero con mucho esfuerzo y con muchas lágrimas y mucho rudor, porque es a costa de la ley, que era lo más sagrado para los judíos.

Y en segundo lugar aparece la palabra Damasco, que es el lugar de la conversión, de la revelación, de la iluminación, al que Pablo vuelve una y otra vez para justificar su misión. Para esto describo en un breve preámbulo la situación, según hechos, de la comunidad cristiana hasta la aparición de Saulo, Pablo, para entender a Pablo habrá que mirar también sus orígenes, siempre fijándonos en las dos únicas fuentes que tenemos sobre él, los hechos de los apóstoles, con su plan teológico, y los escritos personales de Pablo, según los especialistas, personales siete de las trece cartas. Y a partir de aquí habrá que ver hechos decisivos, como su conversión, que le lleva enseguida a anunciar con fuerza que es su resucitado, el concilio-asamblea de Jerusalén, que provoca el incidente que da lugar al definitivo despegue de Pablo como evangelizador, y las comunidades que va creando, las dificultades incluidas, y al final cuál es el resultado de su obra.

«Damasco, que es el lugar de la conversión, de la revelación, de la iluminación, al que Pablo vuelve una y otra vez para justificar su misión.»

2. El preámbulo

Dicho esto, comienzo con el preámbulo. El preámbulo es un pequeño resumen de los ocho primeros capítulos del libro de los hechos de los apóstoles, para ponernos en contexto con Pablo. Los ocho primeros capítulos del libro de los hechos están dedicados al desarrollo de la primera iglesia en la ciudad de Jerusalén.

Comienzan con un prólogo, como el evangelio de Lucas, al fin y al cabo el autor es el mismo, un prólogo dedicado a Teófilo, y en este prólogo se hace mención de las instrucciones que Jesús dejó a los apóstoles antes de marcharse. Después de mencionar la partida de Jesús, se pasa inmediatamente a mencionar quién formaba parte de la primera comunidad, no faltan tampoco las características de la vida comunitaria, se va recomponiendo el grupo de los doce, que quedó en once por la defección de Judas, y se recuerda que el Espíritu Santo es el que planea sobre la comunidad, la unión y la oración son aspectos fundamentales. Parece el episodio de Pentecostés, momento muy importante, que capacita a los discípulos para llevar a cabo la misión, no faltan tampoco momentos de tranquilidad, Lucas, con tres sumarios, son resúmenes, nos cuenta la situación de la iglesia brevemente, y de aquí se pasa ya la acción, se menciona la curación del paralítico por parte de Pedro en la puerta del templo, cómo las autoridades judías lo detienen, lo llevan a prisión, después de un juicio otra vez lo dejan en libertad, pero a pesar de las dificultades la vida de la comunidad, nos dice Lucas, sigue adelante, se ora en comunidad, la vida interna funciona perfectamente. Lucas menciona el respeto que en Jerusalén merecen los seguidores de Jesús y la comunidad cristiana, incluso ante la nueva detención de Pedro interviene un fariseo famoso en aquel tiempo, Gamaliel el Viejo, que actuó entre los años 25 y 30 y fue nieto de otro famoso rabino en la historia judía, Rabí Gilel, que tenía una postura religiosa liberal frente a la ley. Hasta aquí, lo que he llamado preámbulo.

Lucas va describiendo el crecimiento armónico de la iglesia, el libro de los hechos así nos lo dice, quiere presentar una iglesia que va creciendo en armonía, pero en el capítulo 6 nos encontramos que hay un grupo nuevo dentro de la comunidad del que nos ha hecho referencia, los helenistas, y esto va a provocar una serie de acontecimientos que van a enlazar con Pablo y con la transmisión en la sociedad del Evangelio, de la buena noticia. Para entender a este grupo hay que ver la situación de Jerusalén en esa época, Jerusalén era el lugar de peregrinación para los judíos, y allí se acercaba a muchos judíos observantes de la diáspora, es decir, judíos que no vivían en Palestina, allí celebraban la Pascua, muchos incluso se podían establecer allí, unos temporalmente y otros si podían económicamente el resto de su vida, y allí crearon sus propias sinagogas, ¿por qué? porque estos helenistas eran judíos, pero hablaban y entendían griego, porque vivían fuera de Palestina, entonces crearon sus propias sinagogas y se veía como la pluralidad del judaísmo estaba en Jerusalén, aquí hay que situar los orígenes del grupo de los helenistas, no como parte de la comunidad de Jerusalén, sino como uno de los diversos grupos de discípulos que surgieron en la ciudad después de la resurrección de Jesús, incluso posiblemente tienen un origen independiente de la comunidad reunida en torno a los doce.

¿Quiénes eran? Pues a este grupo que llama a Lucas los helenistas, nos contrapone a los hebreos, cuyas viudas sí eran atendidas en sus necesidades y las de los helenistas no, lo que los distinguía probablemente era que no entendían ni podían hablar el hebreo o el arameo, esto era muy común en la diáspora judía hasta tal punto que se había tenido que traducir la Torah, la ley judía del hebreo al griego para que la entendieran, lo que creaba una barrera entre los dos grupos, aun siendo judíos los dos grupos. El episodio que Lucas narra con más detalle es la etapa de los helenistas en Jerusalén, helenistas judíos que se habían convertido al cristianismo, y narra la muerte de Esteban, y aquí se va viendo la diferencia entre los helenistas y el grupo reunido en torno a los doce, este no se vio afectado con la persecución después de la muerte de Esteban, el grupo de los helenistas sí que se vio afectado, perseguido y expulsado. A Esteban se le acusaba de hablar contra el templo y contra la ley, los helenistas tuvieron una actitud crítica hacia el templo, ya que desde la diáspora se veía como un lugar santo, pero también se veía que la aristocracia sacerdotal se había apoderado de él, así pensaban, y a esto se unía la actitud crítica de Jesús con el templo que recogían estos judíos cristianos helenistas.

Y también estos helenistas tenían una visión propia de la ley de Moisés y de su interpretación, porque en ellos tenían acogida a los paganos, que se querían acercar, y esto era una preocupación en los judíos de la diáspora que veían con agrado cómo Jesús se relacionaba con personas marginales y con paganos, mientras que los judíos de origen hebreo, vamos a decir así, no lo veían tan claro. Esteban, después de lanzar su discurso, Dios es fiel a su promesa, actuando en favor de Israel, e Israel se resiste continuamente a Dios, es detenido, es ejecutado, y justo al final de este episodio se introduce el nombre de Saulo, capítulo 7, el nombre de Saulo, que se cambiará a Pablo en el capítulo 13 en el libro de los Hechos. Es una presentación por parte de Lucas, primero dice que los que ejecutaron a Esteban habían dejado los mantos a los pies de un joven llamado Saulo, y después que aprobaba la ejecución, no nos dice nada más.

3. Los orígenes de Pablo

Entonces, ¿qué deberíamos saber de Saulo, de Pablo? ¿O surge porque sí, allí? Pues habría que fijarse en los orígenes, aunque fuera brevemente. Hemos llegado hasta la presentación de Pablo en Hechos de los Apóstoles, pero ¿qué pasó antes? Para estudiar a Pablo tenemos dos fuentes, por lo menos canónicas para nosotros, el libro de los Hechos de los Apóstoles y las cartas de Pablo. Hay libros apócrifos, los Hechos de Pablo, Hechos de Tecla y Pablo, pero nosotros nos ceñimos a los canónicos.

El comienzo de Pablo, en Tarso, como dice el libro de los Hechos de los Apóstoles, al sur de la península de Anatolia, en la Turquía actual, sureste podemos decir, situada la ciudad en una rica llanura regada por un río, el río Cidno, que era navegable hasta Tarso, por tanto tenía puerto, un puerto importante, una ciudad de orígenes antiguos, de mucha historia, de paso de rutas comerciales, donde los seleúcidas en el siglo II a.C. habían llevado ya colonos griegos y judíos, y una ciudad donde había estado Julio César, donde Pompeyo impuso un sistema económico romano, ciudad que fue gobernada por el gran orador Cicerón, Marco Antonio recompensó a la ciudad por la fidelidad a Julio César después de su asesinato, con la exención de pagar el impuesto imperial, y ciudad por la que tenía constante interés Roma. Incluso, con el incremento de habitantes, había muchos que podían disfrutar de la ciudadanía romana. Quizá Pablo fuera ciudadano romano, nos lo dice claramente el libro de Hechos, pero hay autores que lo dudan porque en sus cartas él no dice nada, ahí lo dejamos.

El caso es que Tarso era una ciudad económicamente muy importante en aquel tiempo, y allí se educó Pablo. Es importante saber cómo se educó, o por lo menos imaginar cómo se educó, para saber qué hizo después. Pablo tuvo una educación religiosa, ya que vemos que conocía muy bien la traducción al griego de las escrituras hebreas.

Las cita al menos 90 veces en sus cartas, además de muchas alusiones, y demuestra mucha familiaridad en el contacto con las escrituras. Esto puede provenir evidentemente de su aprendizaje en casa, de la asistencia regular a la sinagoga, y además Pablo estaba convencido de que las escrituras le hablaban personalmente y las utilizaba con gran libertad, lo que hará posteriormente. También se debe destacar su educación no religiosa.

«Pablo dominaba la lengua griega y la retórica»

¿A qué me refiero con esto? Dominaba la lengua griega, lo vemos, porque organizaba bien sus cartas, no era un filólogo, pero escribía un griego que transmitía pensamientos, emociones, utilizaba también una organización de forma retórica para sus cartas, y de dónde le pudo provenir este tipo de educación que empleará luego en la evangelización de la sociedad, de la familia no, de la sinagoga tampoco. Había otro tipo de educación en Tarso, se puede pensar en la Academia de Tarso, en el siglo I rivalizaba con la de Atenas y Alejandría, tenía una escuela retórica muy famosa, muchos estudiantes partieron de allí, famosos, por ejemplo, el más famoso conocido es Atenadoro de Tarso, que fue un eminente filósofo estoico, amigo de Cicerón, de Estrabón, el geógrafo, y sirvió además al emperador Augusto como filósofo de la corte, incluso fue enviado como gobernador de Tarso. Y la Academia de Tarso era un bastión del estoicismo, de la filosofía estoicista.

Pablo pudo haberse influenciado de este pensamiento, aunque no estudiara en la Academia, evidentemente, porque los principios básicos del estoicismo eran bastante sencillos. Todo lo que acontece es por designio divino, la sabiduría se alcanza cuando se acepta esta verdad, y la virtud cuando se logra estar en armonía con la razón divina. Además, la acción humana se mueve desde la libertad, por lo que los individuos son responsables de sus propios actos.

Y como cada uno posee una chispa de la razón divina, la distinción entre, por ejemplo, griegos, bárbaros, señores, esclavos, carece de significado. Todos pertenecen a la hermandad universal. Con estas premisas, seguramente, Pablo pudo verse influenciado, porque además aparecen también estos pensamientos en sus cartas.

«La distinción entre, por ejemplo, griegos, bárbaros, señores, esclavos, carece de significado. Todos pertenecen a la hermandad universal.»

Pero, luego encontramos a Pablo en Jerusalén. Si en el capítulo 7 lo ha presentado en la lapidación de Esteban, Lucas, en el capítulo 8, aparece Pablo persiguiendo ya cristianos con ensañamiento, y se le atribuyen plenos poderes para sus actuaciones, aunque no se dice quién se los concede. En el capítulo 9, va todo seguido, en el Libro de los Hechos, aparece su conversión.

4. La conversión

Nosotros hablamos de la conversión de Pablo, pero quizás sería más exacto hablar de revelación o de iluminación, ya veremos por qué. Esta conversión se trata en hechos, pero no de una forma directa. Y en las cartas de Pablo falta un relato personal y detallado del hecho que cambió su vida por completo.

¿Qué es lo que atestigua Pablo? Pablo afirma en dos ocasiones que ha visto a Jesús. ¿Conoció Pablo al Jesús histórico? Probablemente no, tampoco estamos tan seguros, probablemente no. En un texto dice, no soy libre, no soy apóstol, ¿acaso no he visto yo a Jesús, Señor nuestro? Es decir, si Pablo es apóstol, es que ha visto a Cristo.

Pablo se incluye entre quienes han visto al resucitado y se clasifica como testigo con una experiencia sino idéntica, al menos igual a la que tuvieron los que conocieron al Jesús histórico, por lo menos, aunque él lo haya conocido resucitado. Y también, en 1 Corintios, al final de un resumen de las apariciones del resucitado, es decir, del primer credo que tenemos, en 1 Corintios 15,8, dice, y después de todos, se me apareció a mí como si de un hijo nacido a destiempo se tratara. Es decir, Pablo tiene la necesidad de verse dotado de autoridad, sin autoridad no puede evangelizar.

A diferencia de los jefes de la primera comunidad y otros personajes, él seguramente no había vivido con Jesús, es decir, no lo había conocido, además había perseguido a los discípulos, y además no se había conformado sólo con ir a esto, sino que había emprendido una tarea misionera por su cuenta y tenía que justificarse. Así de estos textos se sacan algunos puntos firmes en el origen del cristianismo de Pablo y de su vocación de apóstol. Se encuentra una visión, digamos de carácter sobrenatural, no es una pura visión, sino una revelación de este Jesús tal como los cristianos lo conciben.

Y por último, Pablo recibe la misión de ser propagador entre las poblaciones paganas del Evangelio. Esto es lo más importante para él. El caso es que el encuentro con Cristo, tal como lo cuenta en sus raras confidencias sobre el tema, le marcó con tal fuerza que la revelación del Hijo de Dios le llevó a tomar conciencia de su papel en la salvación de la humanidad, papel en el que tenía que llevar el mensaje a los paganos, a los gentiles.

«Pablo recibe la misión de ser propagador entre las poblaciones paganas del Evangelio»

La versión de Hechos es un relato que conocemos más extenso, que se cuenta tres veces, tres. Se cuenta en el capítulo 9, en primer lugar, y luego en los capítulos 22 y 29, pero el segundo y el tercer relato dependen del primero. Pero es un hecho fundamental.

Pablo se ve, como digo ahí, como destinatario de la revelación. Parece que no es un hombre que busca, sino que es buscado. Él hace discretas alusiones a este acontecimiento de Damasco.

No nombra nunca el término conversión exactamente con esta palabra. Habla más de manifestación. Cristo se le manifestó.

En Galatas dice que Dios le reveló a su Hijo para que lo anunciase. Es, ante todo, una llamada que convierte a Pablo en apóstol. ¿Pudo haber existido en Pablo antes de Damasco algún tipo de preparación para ese cambio interior y radical? ¿Una insatisfacción al practicar la ley mosaica? ¿Una fascinación por los cristianos que perseguía? No hay indicios de crisis espirituales en Pablo, ni parece únicamente que se pueda recurrir a la clave psicológica.

Aún así, con todo, Cristo pasa a ser el centro de la vida desde el acontecimiento de Damasco. Más que conversión, quizá habría que hablar de maduración del mismo judaísmo. El acontecimiento de Damasco, al tratarse de una experiencia esencialmente mística, no es susceptible de ser narrado ni explicado.

Pablo reconoce que no tiene palabras para describirlo, aunque Lucas lo haga. En la famosa narración que conocemos del camino de Damasco, Pablo empleará pocas palabras para describir este hecho. Incluso el nombre de la ciudad de Damasco hay que deducirlo de lo que él dice en Gálatas. «Y sin subir a Jerusalén para ver a quienes eran apóstoles antes que yo, me dirigí a Arabia y después otra vez a Damasco». Lo dice de pasada. Pablo suele emplear el lenguaje de la vocación profética, de las teofanías, de la revelación, pero la idea de conversión no parece tener mucha cabida.

La imagen del perseguidor convertido, aunque resulta comprensible desde el plano apologético y edificante, resulta un poco restrictiva. ¿Por qué? Porque no se trata del paso de una religión a otra. Él no considera el cristianismo como una religión nueva y distinta del judaísmo.

Incluso después del acontecimiento de Damasco, Pablo no deja de ser hebreo, ni de raza ni de religión. Más bien parece que considera Damasco como el momento en el que su fe alcanza la madurez y la plenitud. Si los judíos no aceptan pasar a través de esa maduración mesiánica, serán ellos quienes renieguen de la religión.

Además, en Damasco, los planes que Pablo tenía para su vida, como fariseo, como judío, se esfumaron. En el Cristo que perseguía, Dios le revela a su hijo y cambian todos sus planes. Quizá la palabra sea revelación, la definición más comprensiva que Pablo ha dado al acontecimiento de Damasco, como si el tiempo hubiera alcanzado ya su plenitud, que lo dice en Galatas.

«Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su hijo nacido de mujer, nacido bajo la ley». La ley. La ley para Pablo ha sido el pedagogo que nos ha acompañado, pero ahora hemos alcanzado ya la mayoría de edad.

«La ley para Pablo ha sido el pedagogo que nos ha acompañado, pero ahora hemos alcanzado ya la mayoría de edad»

Así Pablo en Damasco comprende que ha pasado del judaísmo no mesiánico centrado en la ley al judaísmo mesiánico centrado en el hijo. Y a partir de Damasco todo lo considera pérdida. Es solo el conocimiento de Cristo.

Pablo volvía a menudo al acontecimiento de Damasco como el momento clave que había dividido en dos partes su historia y sobre todo al lugar donde brotaba su teología y su apostolado. Así Damasco tiene una centralidad absoluta en la existencia y en la reflexión teológica de Pablo. Pablo también se ve como mediador de la revelación.

En Galatas dice que ha recibido de Dios no solo la revelación del hijo, sino la revelación del evangelio. El anuncio del evangelio es irrenunciable, el fundamento de su misión. Y el acontecimiento de Damasco confiere a Pablo un cometido distinto, no solo del que recibieron los profetas en el Antiguo Testamento, sino también de los otros apóstoles anteriores a él en la labor de evangelización.

5. Pablo, apóstol de los gentiles

¿Por qué? Porque él ha sido seleccionado de forma particular a evangelizar a los pueblos, ya que el mismo Dios que constituyó a Pedro apóstol de los judíos, «me constituyó apóstol de los paganos«, dice Pablo. Así la distinción entre judíos y gentiles, es decir el resto de los pueblos, no es más que la distinción del mundo que hacían los judíos. Los griegos también hacían lo mismo, dividían la humanidad entre griegos y bárbaros.

Estos esquemas tenían connotaciones negativas y despectivas. Para los griegos, el bárbaro era la persona inculta, la que no hablaba su lengua, ni tenía sus costumbres, ni su cultura. Y para los judíos, el gentil o pagano estaba asociado a la idolatría, a la impiedad, a la impureza, al pecado.

El mérito de Pablo fue haberse dedicado a la evangelización de los no judíos y de imponer en la iglesia antigua la apertura a los gentiles, abriendo nuevos horizontes. Por eso chocó con Pedro en Antioquía, Pedro que se sentaba a la mesa con los no judíos, tuvo miedo de las críticas de los que llegaban de la Comunidad Madre de Jerusalén y abandonó su posición, lo que le costó una gran polémica con Pablo. Porque quizá Pablo fue el único que entendió que el movimiento cristiano había alcanzado un punto desde el que no había vuelta atrás.

«El mérito de Pablo fue haberse dedicado a la evangelización de los no judíos y de imponer en la iglesia antigua la apertura a los gentiles, abriendo nuevos horizontes.»

Comprendió que si la ley de Moisés conservaba el valor que le daban los judíos, esto equivalía a hacer inútil la cruz y la resurrección. Y así el movimiento cristiano no se limitó a construir una corriente plural dentro del mundo judío del primer siglo, sino que comenzó una marcha autónoma, su propio protagonismo por la historia universal de las religiones. Quizá de no haber sucedido el encuentro de Damasco, el movimiento cristiano se habría desarrollado por otros cauces.

Pablo se va a intentar adaptar a todos para ganar a todos. Se le ha acusado de oportunismo, pero lo que hace Pablo es renunciar a la libertad, al propio poder y a sus derechos para que todos puedan conocer el Evangelio. Y a cambio de esto, ¿qué va a recibir? No quiere recibir nada, ni siquiera recompensa humana.

Pablo trabajó con sus manos, no aceptó que le mantuvieran y solo aceptó que le ayudaran en alguna ocasión desde la comunidad más querida para él, la comunidad de Filipos. ¿Qué conseguía con esto? No depender de nadie. Sencillamente, nadie podía decirle nada porque económicamente no dependía de nadie.

Y así vemos a un Pablo totalmente comunicador por vocación, iluminado en Damasco, depositario de un encargo diferente, la evangelización a los paganos, si antes destruía iglesias, rivalizaba con sus contemporáneos por el celo del judaísmo, ahora ha cambiado totalmente, es apóstol de Cristo. ¿Y esto a qué lleva? Pues como os digo en el esquema, a la inmediata misión. No os voy a describir los viajes ahora, no es el tiempo ni el lugar, simplemente mencionarlos para que veáis que podemos tener más viajes de los que aparecen, o por lo menos Pablo se dedicó en más ocasiones a la evangelización.

Tenemos los cuatro clásicos viajes de Pablo, con el cuarto incluido, que es el viaje desde Jerusalén a Roma, encarcelado para ser juzgado en Roma, pero sin embargo él estaba convencido, desde el principio, sin que nadie se lo dijera, solo por la revelación de que había sido llamado a anunciar el Evangelio a los gentiles, a los paganos, dando traspiés, pero empezando. Arabia, la misión olvidada, su primer viaje misionero, del que no se suele hablar cuando se hace la lista de destinos evangelizadores, fue Arabia, inmediatamente después de la conversión, dice en Gálatas, “inmediatamente, sin consultar a ningún hombre y sin subir a Jerusalén, para ver a los que eran apóstoles antes que yo, me fui a Arabia y después regresé a Damasco”. Se suele pensar que Pablo necesita unos ejercicios espirituales, un retiro espiritual en este momento, un aprender un poco qué era la fe cristiana, pero lo que escribe en su carta es una evangelización, justifica ya su autoridad.

¿Por qué? Porque Pablo ya conocía bien el cristianismo de los helenistas. Porque los había perseguido y se había tenido que informar precisamente de qué es lo que pensaban para combatirlos. Entonces, él realmente, la empresa que tiene en Arabia es misionera, una fuerte conciencia de que Dios lo ha llamado para anunciar el Evangelio a los gentiles, a los paganos.

También lo sabía en Damasco. ¿Por qué no se quedó en Damasco? Para no enfrentarse a la colonia judía, sencillamente, bastante numerosa y a la que había pertenecido. Entonces, esta primera misión no tuvo final feliz, porque el rey de entonces de allí, que era Aretas IV, Nabateo, rey Nabateo, molestó por la actividad de Pablo, ordenó perseguirle, éste se refugió en Damasco, y de allí tuvo que huir descolgado por la muralla.

Pablo recuerda esto como un hecho vergonzoso, el primer éxito que tuvo no fue tal éxito. El libro de los Hechos lo sitúa también en Jerusalén con una misión que se podría decir inexistente, porque en Jerusalén aparece presentado por Bernabé, predicando valientemente el nombre del Señor, y de allí huye por miedo a los judíos que le persiguen, aunque en Gálatas tiene otra versión, simplemente sube a ver a Cefas, a Pedro, no lo hizo para evangelizar, sino para conocer a Cefas, sencillamente.

Tarso, también es otra misión para él, su ciudad, tiene que salir de Jerusalén, entonces llega a Tarso y tenemos muy poca información, pero en Galatas dice, “después me fui a las regiones de Siria y de Cilicia”, es decir, Pablo no permanece inactivo durante este tiempo, sino que sigue predicando.

De Tarso emprende viaje a Antioquía porque Hechos de los Apóstoles, Bernabé le fue a buscar para que le ayudara a la misión de evangelizar la ciudad. Recordad que en Antioquía algunos cristianos procedentes de la diáspora judía, habían empezado a predicar el evangelio, habían tenido éxito, se había originado una comunidad, helenista de judíos, cristianos procedentes del judaísmo. En la Iglesia madre de Jerusalén se inquietaron por estas noticias, enviaron a Bernabé, se maravilló del crecimiento de la comunidad, se necesitaba un gran desafío organizativo y, entonces, pensó en Pablo, lo buscó, y lo llevó a la comunidad de Antioquía.

De ahí saldrá Pablo ya para las tres misiones que ya nos son conocidas, tres misiones que, bueno, no hace falta ahora relatar, pero lo que quiero decir es que Pablo es el evangelizador que está en todo momento evangelizando a los paganos, así aparece.

6. Teología de Pablo

Pero en realidad, ¿qué enseñaba Pablo?, ¿cuál era su propuesta?, ¿cuál era su teología?, siempre hay que volver a la experiencia de Damasco. Yendo a Damasco, Pablo vive una experiencia, una revelación, el Señor glorificado que se le aparece es el maldito de la cruz.

Entonces, toda la teología de Pablo depende de este cambio radical. Jesús había sido condenado por la ley de la que las autoridades religiosas eran garantes, era maldito de Dios, que no había hecho nada para librarlo de la cruz, que está escrito en el Deuteronomio, maldito el que cuelga de un madero. Ahora bien, Dios ha glorificado a ese maldito, por tanto, se declara de acuerdo con él.

Entonces, la ley que le ha condenado es ahora condenada por Dios. Y la propia ley se ve cuestionada, este es el razonamiento de Pablo. Por eso para Pablo no va a contar la ley, la ley mosaica, sino que va a contar Cristo resucitado.

Toda la teología está ya en germen desde el principio. En Pablo esto es lo que va a ir introduciendo. Primero, justificado por la fe.

Como fariseo, Pablo creía estar justificado por la práctica legal de la ley, pensaba que todo lo que hacía, esfuerzos, obras, le hacían justo ante Dios y descubre que sólo Cristo es el que puede justificar. No se trata tanto de realizar su salvación, sino de recibirla gratuitamente de las manos de Dios por la fe. Otra palabra clave para él será gracia, la gracia de Dios.

Se convierte en una palabra clave en la teología de Pablo. Descubre que es amado por Dios gratuitamente. Dios no nos ama porque somos buenos, sino para que seamos buenos.

Es un cambio trascendental. También contempla a Jesucristo resucitado. El maldito de la cruz es glorificado.

Entonces, si Dios le glorifica, es porque su muerte estaba en su proyecto. Por tanto, es necesario releer las escrituras, especialmente los poemas del siervo sufriente de Isaías, que pueden aportar una respuesta. Jesús no ha sido condenado a causa de sus pecados, sino de nuestras culpas.

Por tanto, la cruz siempre iluminará esta resurrección y estará desde ahora en el centro de la teología de Pablo.

También ya comienza a hablar de la iglesia como cuerpo de Cristo. Pablo percibe la íntima unión de Jesús con los discípulos.

Hablará de ser apóstol de Jesucristo, de predicar a Jesucristo, lo que convierte a Pablo en una necesidad vital y, sobre todo, el entrar en la tradición de Antioquía. Pablo tenía todo lo necesario para convertirse en un gran personaje en su grupo. Inteligencia, apasionamiento, elección directa de Dios y, sin embargo, es la mano de Ananías, personaje intrascendente, podríamos decir, la que le bautiza.

7. La asamblea de Jerusalén

O sea, la vocación de Damasco le conduce a entrar humildemente en la tradición de la iglesia. Junto a esta conversión, a este Damasco de Pablo, otro hecho importante es la asamblea de Jerusalén. Es un hecho importante donde Pablo se da verdadera cuenta de hacia dónde se tiene que dirigir.

La tenemos explicada, por una parte, en el libro de los hechos, en el capítulo 15, con el relato de la asamblea, colocado en el centro del libro de los hechos de los apóstoles, lo cual habla de su importancia, y este es el acontecimiento que va a decidir la suerte del cristianismo como movimiento independiente, evitando que se convierta en una secta del judaísmo. El problema a afrontar era bastante complejo. Para nosotros ese problema parece que ya no tiene ninguna importancia, pero en ese caso era fundamental.

Todo empezó por si la circuncisión y el sometimiento a la ley era una condición indispensable o no para dirigir a los paganos en la iglesia. Para los judíos, circuncisión y ley eran inseparables. Circuncisión era signo de alianza y signo externo de las convicciones religiosas de Israel.

La comunidad de Jerusalén estaba convencida de que su pertenencia a Israel era decisiva para comprender su personalidad. Por tanto, si la comunidad cristiana judía de Jerusalén seguía perteneciendo a Israel, debía seguir practicando su ley. Por el contrario, en Antioquía se manifestó una intención contraria, una ruptura.

Había admitido entre sus filas a paganos sin imponerles la aceptación de las costumbres religiosas judías. Y además Pablo había explicado teológicamente que Cristo había suprimido la ley como camino hacia la salvación y que la esencia del Evangelio consistía en que la salvación se realiza únicamente por la fe, sin necesidad de las obras de la ley. El choque entre ambas concepciones de Jerusalén y Antioquía a la larga era insostenible.

Resulta sorprendente que cuando se convocó el concilio a asamblea de Jerusalén, la comunidad de Antioquía llevaba ya más de 10 años existiendo. Y el motivo principal fue también la misión de Pablo y Bernabé hacia menor. ¿Qué ocurría aquí? Que aquí ya habían entrado en la comunidad paganos, había comunidades formadas solo por paganos, que ya no eran ni siquiera judíos.

Entonces, ¿había que circuncidarlos o no? ¿Tenían que cumplir la ley de Moisés o no? El problema era grave porque algunos pensaban que no cumplir esas leyes era romper la continuidad con el pueblo de Dios. Todo dependía de que la comunidad antioquina lograra convencer a la de Jerusalén de que una proclamación que no exige la observancia de la ley es plenamente Evangelio de Jesucristo. Aunque había también otros factores no teológicos, por ejemplo, la comunidad de Jerusalén iba disminuyendo.

Iba disminuyendo, era una comunidad económicamente pobre y además perseguida por Herodes Agripa, mal vista por las circunstancias políticas porque estaba surgiendo un judaísmo muy nacionalista y la comunidad de Antioquía, en cambio, se iba enriqueciendo de gente, iba aumentando. Aquí tenemos dos relatos que nos cuentan lo que ocurrió, uno de Lucas en Hechos, XV, donde todo acaba más o menos en armonía, se aceptan con algunas restricciones las propuestas de Antioquía, pero tenemos el relato paulino donde se acaba con una ruptura. En un principio en Antioquía se habían aceptado a los paganos en la comunidad cristiana, judíos y paganos cristianos se sentaban a la misma mesa, pero parece que desde Jerusalén lo miraban con recelo.

Incluso Pedro, que al principio había visto bien este proceder, por miedo a la comunidad madre de Jerusalén, se echa atrás, lo cual según Gálatas 2.11 cuesta, como he dicho antes, una gran discusión con Pablo, y Pablo se marcha. Se marcha a lo que llamamos su segundo viaje en solitario. ¿Qué quiere decir esto? Que vence Pedro.

Por tanto, no estaba tan claro que esta primera comunidad, sobre todo desde Jerusalén, se abriera a esa sociedad, a ese helenismo, a ese mundo romano, no estaba tan claro. ¿Qué es lo que ocurre entonces? Pablo lleva adelante su evangelización. A partir del segundo viaje se va a buscar otros colaboradores.

8. Pablo, evangelizador.

Si eran las comunidades antes las que mandaban sus misioneros, ahora va a ir por su cuenta Pablo. Sale de Antioquía y entonces, Pablo, ¿qué va a ir necesitando para evangelizar? Primero las lenguas. Para comunicarse en sus viajes necesitaba lenguas.

Todas sus cartas están escritas en griego y la utiliza como un elemento muy eficaz, indispensable en aquel tiempo para una actividad internacional. En hechos, además, nos informa Lucas que asistió, si damos por histórico el acontecimiento, asistió a la escuela de Gamaliel en Jerusalén, por lo cual pudo aprender arameo y también hebreo. Arameo era la lengua de comunicación diaria y el hebreo era la lengua litúrgica, la lengua de las escrituras.

Pudo conocer el latín. No hay información al respecto, pero él procedía de una ciudad muy romanizada. Estuvo en contacto con las tropas romanas y además manifiesta en la carta a los romanos que tenía intención de ir a España.

Y como en España la lengua de comunicación común era el latín, aunque se hablaran otras lenguas, y Pablo no dejaba nada al azar, tampoco se puede decir que no conociera esta lengua. Además, él utilizaba el primer contacto para introducirse en los distintos contextos de la sociedad. En contextos nuevos, anunciando un mensaje nuevo, no era fácil abrirse camino en nuevos contextos y él lo vio expulsado de Antioquía de Episidia, lapidado en Listra, huyendo de Tesalónica y de otras ciudades.

¿Qué utilizaba Pablo? En primer lugar, la sinagoga. Era para los misioneros cristianos una elección irrenunciable, porque ahí se encontraban creyentes en el Dios de Israel, que conocían las escrituras hebreas, que compartían expectativas mesiánicas, pero los judíos no acababan de conectar con Pablo. ¿Quiénes conectaban? Los prosélitos, llamados también temerosos del Señor.

¿Quiénes eran estos? Pues eran paganos, politeístas, que se sentían atraídos por la sinagoga, por el judaísmo, por su monoteísmo, por su elevado compromiso ético, pero no llegaban a ser judíos completamente porque no se querían circuncidar. Entonces se podían acercar, pero no eran judíos, no los consideraban totalmente judíos. ¿Qué es lo que hace Pablo? Les ofrece todo lo que estaban buscando y además no les exige la circuncisión ni la observancia de la ley.

Por tanto, así se solía crear habitualmente el primer núcleo de las comunidades paulinas. Además de la sinagoga, ¿dónde entraba Pablo? Al lugar público. Pero allí la verdad es que se tenía poco éxito.

Aunque Lucas hable maravillas del discurso de Atenas, famoso, y al final ¿cuántos quedaron? Dos o tres. ¿Qué quiere decir esto? Que en un lugar público, ¿qué podía decir Pablo? ¿Qué podía presentar Pablo? Dos títulos. Judío y trabajador del cuero.

No era mucho para un discurso público. Así que las mejores alternativas eran dos. Una, el taller, el lugar de trabajo.

«Para Pablo, el trabajo y el anuncio del Evangelio fueron siempre de la mano»

Para él el trabajo y el anuncio del Evangelio iban siempre de la mano, de día quizá al aire libre, con ese trabajo que tenía del cuero, de curtidor. Y por la noche, a la luz de las velas, Pablo iba acogiendo a personas que se sentían atraídas, las iba formando de forma personal. Y el otro ámbito, todavía más importante, es la casa privada.

En la época helenístico-romana, las casas privadas constituían a menudo lugares de actividades culturales. Y en el caso de Pablo, las fuentes antiguas lo presentan en muchos casos en casas particulares que tienen nombres y apellidos, y seguramente eran casas de cristianos de buena posición económica, que podían albergar bastantes personas, y que se utilizaban para la catequesis. Siempre tenemos la imagen del Pablo en la plaza pública, siguiéndole masas, quitémonos de la cabeza esa imagen.

Iba poco a poco, casi era una evangelización personalizada. Para esto necesitaba también colaboradores. El problema que se plantea Pablo era cómo permanecer en contacto con las comunidades después de su marcha y cómo seguir el progreso de esas comunidades.

Pablo solía instituir responsables, que se hicieran cargo de las comunidades, y además enviaba colaboradores a las distintas regiones que hacen presente a Pablo durante su ausencia, pero sus enviados no se identifican sin más como enviados, es que son la persona de Pablo, él quiere estar en todos los sitios, él afirma hacerse presente en espíritu. ¿Cuál era otra forma de comunicarse? Las cartas. La carta como sustitución de la persona.

En la carta de Pablo va la persona de Pablo. Las cartas ya eran famosas en la antigüedad, tenían más complicaciones al ser escritas que las nuestras, evidentemente, y Pablo utiliza las cartas y las redacta como un acto apostólico, un acto magisterial, como una guía espiritual. La carta será utilizada por Pablo no para comunicar informaciones sobre la vida cotidiana, como se hacía, ni para cultivar la amistad o el servicio de alguna empresa, estarán al servicio del Evangelio y de la novedad evangélica.

Y así la carta es mucho más que un Evangelio o una monografía, es mucho más precisa y activa. ¿Por qué? Porque en cada carta puede tratar los problemas concretos de cada comunidad y organizar sus actividades apostólicas, es decir, en cada carta se puede aplicar el Evangelio de una forma distinta, porque va dirigida a distinta comunidad, es decir, están hechas a medida de las comunidades para dialogar con ellas. Es decir, Pablo transformó lo que era un medio de comunicación profano, la carta, en un medio de acción apostólica y además sus discípulos todavía prolongaron este recurso de la carta.

Si aceptamos que siete de las trece cartas son auténticas, es decir, firmadas por Pablo, seis proceden de sus discípulos, es decir, siguen su pensamiento para hacer frente a los problemas de las comunidades. También se puede destacar la interculturalidad de su mensaje al elegir las grandes ciudades, capitales de provincia, grandes centros helenísticos, de cultura, de poder político y económico. Desde Roma, donde acabó con un millón de habitantes, a Atenas, que a pesar de haber perdido muchos habitantes todavía tenía prestigio, y sobre todo Corinto, más que Atenas.

Corinto era más importante que Atenas, se había convertido en la capital política, prácticamente de Grecia. Estaba situada entre dos mares, allí se establecerá durante un tiempo. También Tesalónica, Éfeso, grandes ciudades con puerto, elegidas por Pablo como campo apostólico y como cuartel general.

Pero la estrategia iba todavía más allá. Cada gran iglesia debía ser capaz de conseguir que el Evangelio fuera conocido en su entorno. La ciudad sería el punto de irradiación desde el cual se extendiera el Evangelio hacia el interior.

«La ciudad sería el punto de irradiación desde el cual se extendiera el Evangelio hacia el interior.»

Esta es la estrategia apostólica de Pablo. Él elegía grandes ciudades desde las que el Evangelio pudiera irradiarse sin freno alguno. Después memorizaba el nombre de la primera persona o familia que conquistaba para la fe porque éstos eran los que iban a llevar la primera evangelización a la provincia, caminando siempre hacia delante.

Pero claro, esta evangelización también se encontró con dificultades. Los problemas de la interculturalidad, podríamos decir. ¿Por qué? Porque Pablo y sus comunidades aparecían como una sociedad alternativa.

El mensaje de Pablo podía resultar sospechoso para las autoridades de entonces. Su Evangelio podía ser interpretado como una crítica a la ideología imperial. Y griegos y romanos podían ver en Pablo algo más que un misionero itinerante que ofrecía una nueva experiencia religiosa.

Más bien parecía el embajador de un rey que estaba a punto de llegar. Se anunciaba la venida de Cristo que podían pensar desde el poder romano. Y además se dedicaba a establecer en las ciudades células o grupos leales a esta nueva fe.

Así se veía desde fuera. Porque además el objetivo era instituir grupos de seguidores que propagaran sus ideas. Incluso la formulación del mensaje y la creación de nuevas asambleas constituía un acto subversivo contra el entramado imperial.

¿Por qué? Porque la ley romana regulaba estrictamente la creación de asociaciones. Todo era velar la Pax Romana. Y las autoridades cívicas de la ciudad donde pasaba Pablo, Filipos, Corinto, Tesalónica habían constatado que la persona de Pablo y su mensaje eran conflictivos.

¿Por qué? Porque podían provocar el desarraigo del ámbito social ciudadano. Se veía a los cristianos muchas veces como antisociales porque dejaban de participar en las tradiciones y en el culto de las ciudades. Por tanto, fueron muchas veces denunciados.

Vivían en medio de una sociedad hostil, aunque ellos participaban en la comunidad solidariamente y en concordia. ¿Cómo se podían ver estas comunidades? Pues como comandos diseminados, leales al Señor Jesús, que se formaban dentro de las colonias del imperio romano. Algo así como subversivos.

Por tanto, la expansión del cristianismo provocó reacciones conflictivas dentro del imperio. No creamos que fue tan fácil. Fue tan fácil como el cristianismo se introdujo en esta sociedad.

Y la sociedad romana reaccionó de diversas formas. Primero provocando romanes contra los cristianos, castigos físicos, condenas, encarcelaciones. Pero el horizonte de Pablo, como digo ahí acabando, siguió adelante.

Él quería congregar al pueblo que iba a participar del reino mesiánico futuro. Se esperaba la llegada del reino, de la Parusía, y para preparar la llegada de este reino, los misioneros irían en vanguardia introduciendo a los pueblos en el Señorío de Cristo. Esta estrategia la incorporó Pablo, la desarrolló, desarrolló su estrategia misional, y su objetivo era congregar en la actualidad al pueblo mesiánico completo, integrado por judíos y paganos.

Una misión abierta a todos en la sociedad. El cristianismo helenista y Pablo entendían que si la época mesiánica había aparecido, esto implicaba que había que congregar al pueblo mesiánico completo, no había que excluir a nadie. Y esto lo hizo Pablo con un proyecto misional que tenía un horizonte mundial.

De hecho, Pablo va saltando de una comunidad a otra y de Roma quería saltar a España. ¿Llegó o no llegó? No hay constatación, pero hay tiempo de que pudiera haber llegado. Esta práctica transformó la práctica misionera de Jesús y de los grupos cristianos palestinos.

Estamos dando un salto, porque ahora la misión se centraba, como he dicho antes, en las grandes ciudades helenísticas, mientras que Jesús y los grupos palestinos actuaban en pequeñas localidades palestinas. Es decir, se abría el marco geográfico de la evangelización. Pablo habla muchas veces de la labor del misionero al servicio del Evangelio y de acuerdo con la estrategia misional a todos los pueblos que quería practicar, este pueblo mesiánico sería la nueva humanidad una y universal.

Sin las diferencias, diría Pablo, de la humanidad vieja. Lo que Pablo hizo fue profundizar y desarrollar esta tradición, especialmente en su defensa de la plena comunión de judíos y gentiles y paganos. Quizá la frase más famosa en Gálatas sea, todos sois hijos de Dios por la fe, cuantos fuisteis bautizados fuisteis revestidos de Cristo.

9. La muerte de Pablo

Ya no hay judío ni griego, ya no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer, pues todos vosotros sois uno dentro del ámbito de Jesús. Y al final, acabo ya, ¿cuál fue el resultado de la vida y de la obra de Pablo? Mucha gente se debió alegrar cuando se enteró de la muerte de Pablo. ¿Por qué? Porque nunca fue aceptado por aquellos que creían en un cristianismo arraigado en el credo judío.

Y se escandalizaban cuando Pablo se negó a circuncidar a los paganos que entraban en el cristianismo. Por otra parte, aunque Pablo tuviera una buena disposición hacia los conversos judíos para que continuaran con sus prácticas religiosas, esto no sirvió para moderar el enfrentamiento. La situación no se prolongó demasiado cuando Pablo se convenció de que la ley suponía una amenaza, la criticó frontalmente.

Incluso los judíos cristianos de Jerusalén le llegaron a amenazar de muerte en su última visita a Jerusalén. Y ya durante los siglos II y III Pablo estaba desacreditado por parte del cristianismo judaizante. ¿Cómo lo hacían? Comparando el credo de Pablo al credo de Pedro y poniendo el credo de Pedro por delante.

Nadie acudió en defensa de Pablo y esas críticas, como digo, venían de una facción interna de la Iglesia, el evangelio judaizante, pero que no tuvo éxito en Europa. Y tras la expulsión de los judíos de su tierra, en el año 135 después de Cristo, con la II Guerra Romana, los seguidores del cristianismo judaizante desaparecieron. Bueno, cayeron en el olvido.

Entonces se llegó a apreciar la verdadera importancia de Pablo. Se renovó el interés por las cartas y aunque los textos trataban de problemas específicos, se reconoció en ellos principios sagrados de valor eterno. Y además se promovieron las compilaciones de sus cartas para que se pudiera disponer de ellas en las comunidades.

E incluso, como he dicho, se escribieron nuevas cartas con nombre de Pablo adoptando su pensamiento. Y así, finalmente, las trece cartas de Pablo, atribuidas y originales, fueron ampliamente conocidas y reconocidas como textos autorizados a partir del siglo II. De hecho, Pablo abrió el camino del diálogo con el mundo circundante al Evangelio.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *