- LA VERDAD
- LAS VIRTUDES TEOLOGALES: FE ESPERANZA Y CARIDAD
“¿QUÉ ES LA VERDAD?”
(Pilato a Jesús)
Preguntas trascendentales: ¿Qué es la verdad? ¿Soy verdad? ¿Digo la verdad? ¿Obro la verdad? ¿Qué es lo que hace que seamos verdad? Ante esta indagación de la verdad, una contestación espontánea y fácil nos llevaría a salir del paso diciendo que es la coincidencia entre una afirmación y los hechos. Pero todos los hechos que jalonan la historia están transidos de subjetividad. También el historiador forma parte de la historia. Inexorablemente, donde está el hombre, la subjetividad afecta a la objetividad.
Sin embargo, todos necesitamos de la historia universal para salir del pequeño mundo de nuestra conciencia individual y sentir en nosotros mismos, y más allá de nosotros mismos, el hecho de ser personas y ser responsables.
Pero la historia de los historiadores no nos dice todo. Estamos hechos a la cultura, y a la manía, de detener la historia en el advenimiento de aquel sentido que le otorga el último filósofo de turno. La historia, incluida la de los últimos años, es una lección de escepticismo si comprobamos la arbitrariedad con la que se ofrecen soluciones mudables a problemas eternos.
El hombre de todas las épocas necesita fundamentar la identidad y la felicidad de la comunidad en principios serios básicos. Algunos piensan que para solucionar los graves problemas basta la utilidad práctica. Pero esto lleva inexorablemente a banalizar la vida y relativizar lo absoluto. Una sociedad sin verdades fundamentales, no pude ser equilibrada y perdurable. Dejar el absoluto en manos de hombres es facilitar holocaustos horribles y autoritarismos extremos. Necesitamos de la verdad absoluta para que el hombre exista y crezca.
El cuestionamiento de la verdad se activó con velocidad supersónica en la época moderna por la genialidad de un filósofo que, frente a un centramiento universal en el universo de los objetos, descubrió el sujeto. El hallazgo representó una fiesta para Occidente. Nacido como proposición académica, se convirtió enseguida en criterio de vida y razonamiento político, y desbordó escuelas y parlamentos. Construyó proyectos admirables, pero el mismo ímpetu cultural redujo a escombros a bellos monumentos de la antigüedad. Y, lo que es peor, sobrevino un grave quebranto de la verdad. Se declinó hacia la duda, se institucionalizó la tolerancia, se valoraron todas las opiniones por igual, se redujeron las verdades eternas al rango de hipótesis, se alumbró la post-verdad, surgieron parlamentos con la pretensión de que todo es opinable y que se puede disponer omnímodamente de toda verdad, se eliminaron las tradicionales líneas de separación entre el bien y el mal, creyendo que todo es mudable, salvo ¡claro!, la dictadura de la mayoría. Y lo peor, ha quedado en el ambiente cultural y religioso un tufo de agnosticismo, de indiferencia y de frialdad que paraliza los espíritus y hace tristemente inviable la evangelización de la cultura contemporánea.
Indudablemente, afrontar la Verdad es una actitud saludable y fundamental para el hombre de hoy.
Junto al problema de la Verdad, estudiamos en este curso las Virtudes Teologales de Fe, Esperanza y Caridad. Son el verdadero fundamento de la vida cristiana. Y haremos bien los cristianos desoxidándolas en nuestras vidas.
Un error planetario, y de siempre, en la organización de la vida cristiana es pensar que todo lo hace el hombre. Que ser, creer y hacer, es decisión y capacidad suya. Fe, Esperanza y Caridad nos advierten que Dios tiene en todo la iniciativa y que la mantiene de forma permanente. Dios es sujeto activo y no objeto. El hombre cree y ama porque Dios le está hablando y amando. La vida cristiana es Dios introduciéndonos en su terreno. Ningún hombre podría invadirlo. Las virtudes teologales son capacidad divina, fuerza y energía que vienen de él, son el reflejo de la presencia divina en el hombre iluminando, empujando, abriendo horizontes infinitos, anticipando el futuro pleno, iniciando de antemano al amor que constituye el cielo. Creer, esperar y amar es lo más humano del hombre y lo más divino que Dios imprime en el hombre. Fiarse y apoyarse, contar con, ver el futuro abierto y disponible, y sobre todo amar, amar inmensamente más, amar con el mismo amor de Dios que Dios es y tiene, esta es la verdad del hombre. A quien no cree, no espera y no ama le falta el Infinito para el que estamos hechos. Lo dicen nuestros propios deseos innatos y nuestras crónicas insatisfacciones. La increencia, la desconfianza y el desamor son máxima deshumanización del hombre y de la convivencia.
Resumiendo: no es lo mismo vida espiritual que vida en el Espíritu Santo. Vida espiritual la llevan muchos cristianos y no cristianos. Pero la vida en el Espíritu Santo solo la viven los que advierten su presencia y se dejan conducir y guiar inmediatamente por él.
Francisco Martínez García
CURSOS PARA LOS LUNES
De octubre a mayo, a las ocho de la tarde
- LA VERDAD
TEMAS Y PROFESORES
1.- José Alegre, Profesor de Moral: Introducción a un problema que nos afecta, hoy, a todos
2.- Encarna Samitier, Periodista: La experiencia real de la verdad en los medios de comunicación
3.- Juan Velázquez, Profesor de Filosofía: La historia filosófica de la Verdad
4.- José Mª Andreu, Profesor de Moral: La Verdad como anhelo del conocimiento
5.- Carmen Eguílaz, Profesora de Filosofía: La Verdad como elección personal
6.- Antonio Calvo, Profesor de Filosofía: La Verdad y la perspectiva personalista
7.- José A. Rojo, Profesor de Física: La verdad científica y la Filosofía
8.- José Alegre: Profesor de Moral: Verdad y valores morales
9.- Mª Ángeles Ruiz, Registradora de la Propiedad: Verdad-Libertad-Educación
10.- Ernesto Brotons: Profesor de Teología: Verdad, Dogma, y Teología
11.- Fernando Galdámez, Economista: Verdad y realidad económica
12.- Estela Aldave: Profesora Biblia: La verdad en la Biblia y La verdad de la Biblia
13.- Francisco Martínez, Director del Instituto: Para nosotros, Jesús es la Verdad: superar el foso histórico entre la simbolización ritual y la verdad ética y evangélica
- LAS VIRTUDES TEOLOGALES
- LA FE
- Un mundo desesperanzado: el fenómeno contemporáneo de la increencia, naturaleza y causas
- Karl Marx o el materialismo dialéctico. Friedrich Nietzsche o el nihilismo. Influencia en nuestro mundo y crítica
- Necesidad de evangelizar la cultura actual
- La fe es iniciativa y don de Dios, es puesta en camino hacia él y es organización evangélica de corazón y de la vida
- La fe en el Antiguo Testamento tiene por objeto la alianza de Dios con su pueblo y se realiza mediante el cumplimiento de la Ley. Los salmos expresan admirablemente la fe del pueblo
- La fe en la Nueva Alianza es la aceptación confiada de Jesucristo como enviado del Padre. Conlleva dejarse sanar y liberar del pecado por la lectura y comunión progresiva del evangelio. No salvan al hombre sus buenas obras, sino su fe y confianza en Jesucristo. La fe en el mensaje personal de Jesús en los evangelios y en las cartas apostólicas: Juan, Pablo, Santiago.
- La fe según el Magisterio de la Iglesia
- Fe y salvación. ¿Dios o el hombre? Creer ¿salva o condena? La herencia de un debate histórico.
- La fe en la vida de la Iglesia
- Vivir la fe, según el Concilio Vaticano II
- La fe es correlativa a la palabra de Dios. Lo inverso de la fe no es la increencia sino el pecado del hombre. Dios llama a una existencia transformada. La conversión tiene su centro en el corazón y requiere un proceso de desarrollo
- La adhesión de fe no es patrimonio personal de cada creyente: pertenece a toda la Iglesia que no solo vive una entrega radical, sino que sabe y se adhiere a la fe tal como dimana de la Revelación, es explicada por el Magisterio y es vivida por la comunidad entera en el correr de los siglos
- Su proclamación en las asambleas litúrgicas dominicales constituye el órgano más importante del magisterio ordinario de la Iglesia.
- Modelos contemporáneos de fe
- LA ESPERANZA
- La esperanza, su dimensión constitutiva de la historia del hombre y de la humanidad. Primer contacto del hombre con Dios: ¿A dónde vamos? ¿Hay Esperanza?
- La Biblia, el libro por excelencia de la esperanza humana
- La esperanza judía: Dios acompaña a su pueblo: el profetismo. Del rey de un Estado político, al “Reino de Dios está en medio de vosotros” de Jesús.
- Jesús, fuente y motivo de la esperanza cristiana: “Cristo, esperanza de gloria” según Pablo.
- En la comunidad cristiana la esperanza se polariza en especial en la segunda venida de Cristo: estar siempre con él participando anticipadamente de su resurrección. En Cristo se hace ya presente el Futuro pleno.
- Sociedad actual y la muerte de la esperanza:
- El materialismo ateo (siglo XIX) o el cierre del cielo, “Dios ha muerto”.
- La antropología estructural, o la expulsión del hombre de la tierra (siglo XX): reducción de la cultura a la naturaleza, de la antropología a la biología, de la historia a la física (siglo XX)
- Llamados a dar razón de la esperanza. La esperanza cristiana, hoy
- Vaticano II: la esperanza cristiana motiva y relanza nuestro compromiso en la tierra de construir una humanidad más justa y humana. La identidad del laico seglar: “componer y arreglar según Dios los asuntos temporales”.
- Con el Hijo y en el Hijo la esperanza no falla, es segura: Dios ve a su Hijo en cada hombre.
- La esperanza, superación del límite, de la contradicción, de la duda, de la ambigüedad. Lugar de la esperanza en la vida cristiana.
- Moltmann: superar un concepto de Dios ligado al pasado y al eterno presente para abandonarse en el futuro absoluto.
- La certeza de la esperanza: el “ya” en el “todavía no” del futuro.
- LA CARIDAD
- La caridad en su fuente más original: una relectura de los textos que en la Biblia hablan del sorprendente amor de Dios al hombre desde el Génesis al Apocalipsis
- La encarnación, vida, muerte y resurrección de Jesús y pentecostés como expresión y medida del amor de Dios al hombre y del hombre a Dios
- “Agapé”, el término nuevo que expresa el amor específico que Dios nos tiene y con el que nosotros debemos amar
- Dios es amor y se comunica él mismo en persona. Es don total de sí. Solo existe dándose. El Don de sí origina las Personas en Dios. Dios, amándonos. nos hace hijos en el Hijo.
- Dios ama al hombre en su amor al Hijo: revelación de Juan y de Pablo.
- Dios nos da su Hijo como expresión y medida de amor. El Hijo traslada al hombre el amor de Dios: “como el Padre me amo así os he amado yo” (Jn 15,9).
- Existimos por amor, porque amamos, para amar. Amar es nacer. “El que no ama permanece en la muerte” (1 Jn 3,14).
- El amor del cristiano al prójimo es una participación y extensión del mismo amor con el que Dios ama al hombre. Cuando veo a Dios en mí, amo al otro como Dios le ama. Cuando veo a Dios en el otro, amo al otro con el amor con que Dios mismo le ama. Amando yo, Dios mismo ama en mí. No hay sino un solo amante, Dios y notros, y un solo amado; nosotros y Dios. Quien ama a Dios ha de amar también al hermano (1 Jn 4,21). “La carne de Cristo es la caridad” (S. Ignacio de Antioquía”).
- La caridad no aumenta por cantidad o adición de actos, sino por mayor radicación de la actitud en el sujeto
- La Eucaristía es todo el amor de Dios al hombre. La eucaristía nos hace cuerpo de Cristo. Recuperar las ofrendas como comunidad, hacernos don y compartirnos.
- Grandes testigos del amor de Dios hoy
- Relato de grandes obras de Caridad de la Iglesia en Zaragoza.
MARTES, a las ocho de la tarde
- Testigos de fe y caridad en Aragón y Zaragoza: Bonal y Rafols, José de Pignatelli. Cáritas Diocesana. San Vicente Paul.
- Un modelo de fe para nuestro tiempo: Cardenal Newman,
- Conversaciones cristianas: las preguntas de la calle. Tú preguntas. Nos hacemos eco de las dudas, preguntas, preocupaciones de la calle. Las acogemos con interés. Las comentamos entre todos. Un Moderador expone la doctrina de la Iglesia.
FOROS-CAFÉ PARA LOS MIÉRCOLES
- Guillermo Fatás, Catedrático de Historia. Verdades y mentiras en el relato histórico de las relaciones Cataluña-Aragón
- José Javier Rueda, Periodista: Posverdad y Periodismo
- José Manuel Martínez. Profesor de Lingüística. La verdad en el arte.
- José Mª Recio, Profesor de Derecho: La verdad en los Tribunales
- José Ángel Gimeno, Ingeniero Industrial: La verdad y sus consecuencias políticas.
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