El pasado lunes, día 8 de noviembre, tuvo lugar la siguiente sesión del curso de teología del Instituto de Estudios Teológicos para Seglares, a cargo esta vez de D. Pedro Fraile Yécora, Licenciado en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y Doctor en Teología Bíblica por la Universidad Pontificia de Salamanca.

La sesión estuvo dedicada al tema “La Palabra: el lenguaje como donación de vida”, en el marco del curso este año dedicado a los Sacramentos de la Iglesia. 

El Dios de la Biblia como un Dios que habla y escucha.

El ponente inició su exposición reflexionando sobre el Dios de la Biblia, como un Dios que “habla y escucha”. Explicó que la Sagrada Escritura tiene un carácter eminentemente dialogal: es una Palabra (“Dabar”) que se torna Torah (“Dios pronunció estas palabras … (Ex 20,1), una Palabra que se vocea Nebiim (“Prestad la atención a las palabras del Señor” (Jer 2,31) y una Palabra que se madura Hokmah. 

Es una palabra, la del Dios de la Biblia, en cierto modo inesperada, exigente y desconcertante (a Abrahán: “Sal de tu tierra…. deja tu casa…. a la tierra que yo te mostraré…”. Con Samuel, descubrimos que Dios escucha (1 Sam 3,1ss: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”). Pero en Jeremías descubrimos también que es una Palabra apasionada (“tus palabras eran mi delicia, la alegría de mi corazón -Jer 15, 16) pero cuyas contradicciones son trágicas (“Yo me decía: “No pensaré más en él, no hablaré más en su nombre”, Pero había en mi corazón como un fuego abrasador, encerrado en mis huesos; me he agotado en contenerlo y no lo he podido soportar» (Jer 20,8-9). El ponente se refirió igualmente al tercer gran profeta, Isaías, en el que la Palabra se configura como centro teológico: “creación y salvación”. 

Pero es un Dios que escucha, señaló Fraile: “El Señor el dijo: “He visto la presión de nuestro pueblo en Egipto y he oído su clamor contra los opresores; conozco sus sufrimientos, (…) El clamor de los hijos de Israel ha llegado a mí” (Ex 3,77-10). 

La Sagrada Escritura como Palabra en la interioridad y en la trascedencia.

Es una Palabra en la que concurren interioridad y trascedencia. Por una parte, trascedencia, que se manifiesta especialmente en las diferentes teofanías que aparecen en la Biblia (por ejemplo, Moisés o Elías en el monte Horeb, Jesús en Tabor), y en la propia vocación (llamada, signo, misión. Pero la escucha de Dios se manifiesta especialmente en el “Shemá”: “Escucha Israel”. Pero también concurre en la interioridad de la persona, como ocurre con María (“María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”, Lc 2,19). 

La próxima sesión correrá a cargo de D. Jesús Segura, el próximo lunes 15 de noviembre, bajo el título “Tocar, gustar, saborear. Nuestro cuerpo, expresividad, encuentro y donación”: 

Para más información sobre el curso 2021-2022 e inscripciones: https://centroberit.net/curso-2021-2022-del-instituto-diocesano-de-estudios-teologicos-para-seglares/

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