REVIBE OCTUBRE DE 2018

Orar es ser-del-todo

Bienvenida:

Queridos amigos, iniciamos este nuevo curso con ilusión y nuevas energías, después del descanso estival. El inicio de curso supone un momento propicio para renovar compromisos y establecer objetivos, también en nuestra vida en Cristo. 

Oramos juntos:

Invoquemos al Espíritu, al inicio de nuestra reunión: 

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu Señor y renueva la faz de la Tierra. 

Proclamamos el evangelio del próximo domingo: Véase: www.berit.com, apartado Evangelio).  En torno a la escucha del evangelio, hacemos una breve meditación y la compartimos con el grupo.

Tema de la reunión: 

Leemos con atención el apartado “Antropología de la oración: orar es ser-del-todo”, del folleto RE-VI-BE “La oración evangélica. Saber orar la Vida” de Francisco Martínez. 

A continuación se exponen algunos extractos del texto: 

  • Orar es ser-del-todo: Quien ora en serio ha emprendido el camino de la realización del sentido profundo de la existencia. La oración es constitutivamente maduración y perfección. Es un proceso transformante. 
  • Orar es vivir-del-todo: Es hacer de nuestros intercambios verdadera comunión: porque, entonces, lo que se comunica es el yo profundo, lugar privilegiado de la presencia del Espíritu. Orar es emprender el camino de la libertad verdadera. Porque la tragedia del hombre actual es que no tiene libertad interior. Está dejando de ser lo que es para identificarse con lo que no es. 
  • Orar es hacer transcendencia:  Quien hace oración entra en lo definitivo, en el fin. Es una contradicción hacer oración y mantener el estrés, la prisa. Es un sinsentido vivir la oración y mirar el reloj. Ello prueba que no estamos en lo que estamos. Que vivimos fragmentados. Que vivimos en la dispersión y en la multiplicidad, que es lo más distante del Uno y del Absoluto. 
  • Orar es seguir a Cristo: Orar es existir en él. Es vernos elegidos enél, pensados enél, amados enél. Es poder decir: «para mí el vivir es Cristo» (Fil 1,21). «Vivo yo, mas no ya yo, es Cristo quien vive en mí» (Gál 2,20). 
  • Orar es convertirse: Orar supone una cualidad de la totalidad de la persona que se pone en estado de «metanoia», de conversión. Pecado es mi zona no realizada, mi personalidad bloqueada, «enferma» o «muerta». Orar es convertirse. Y convertirse es recibir la gracia del Ser…

Una vez leído el texto, se reflexiona en torno a las siguientes cuestiones: 

  • ¿Doy tiempo sistemático a la oración personal y es la misma un momento fuerte en mi vida? 
  • ¿Mi oración, es tratar de amistad a solas con quien sé que me ama? 
  • ¿He llegado a entrar en contacto con su Presencia viva dentro de mí? ¿Me relaciono con él mismo o sólo con una imagen mental de él? 
  • ¿Creo en mi vida un clima de respuesta, una actitud respondente y responsable, a la acción de Dios en mi

Oración final de despedida:

Señor, haz que mis pies caminen tu sendero, / mis manos realicen tu obra, / mis ojos alberguen tu mirada, / mi boca, tu palabra, / que mi cabeza conciba tu pensamiento/ y mi corazón palpite los latidos de tu Amor. Amén.

 

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