1. El pesebre representa la ternura de Dios
“Les invito a detenerse ante el pesebre, porque allí nos habla la ternura de Dios”. (22.12.2015).
2. Jesús nos dedicó toda su vida
“Jesús ha venido para compartir nuestra vida, para acoger nuestros deseos. Porque ha querido, y sigue queriendo, vivir aquí, junto a nosotros y por nosotros”. (22.12.2015).
3. El amor de la Navidad no se impone por la fuerza
“El pesebre nos dice que Él nunca se impone con la fuerza”.(22.12.2015).
4. La Navidad es luz, es un camino, más allá de algo emotivo y los regalos
La Navidad “no se trata sólo de algo emotivo, sentimental; nos conmueve porque dice la realidad de lo que somos: somos un pueblo en camino, y a nuestro alrededor –y también dentro de nosotros– hay tinieblas y luces”. (24.12.2013).
5. En esta noche, hay salvación para todos los hombres
“Jesús es el Amor hecho carne. No es solamente un maestro de sabiduría, no es un ideal al que tendemos y del que nos sabemos por fuerza distantes, es el sentido de la vida y de la historia que ha puesto su tienda entre nosotros” (24.12.2013).
6. Los últimos, los humildes, como los pastores, recibieron al niño
“Los pastores fueron los primeros que vieron esta “tienda”, que recibieron el anuncio del nacimiento de Jesús. Fueron los primeros porque eran de los últimos, de los marginados”. (24.12.2013).
7. No hay lugar para el miedo. La Navidad es amor renovado que vence siempre
“El Señor nos dice una vez más: “No temáis” (Lc 2,10). Como dijeron los ángeles a los pastores: “No teman”. Y también yo les repito a todos: “No teman”. (24.12.2013)
8. Vivir la Navidad acogiendo los problemas de quien está a nuestro lado
¿Tenemos el coraje de acoger con ternura las situaciones difíciles y los problemas de quien está a nuestro lado? ¡Cuánta necesidad de ternura tiene el mundo de hoy!” (24.12.2014)
9. ¿Cómo acogemos la ternura de Dios?
“Esta es la pregunta que el Niño nos hace con su sola presencia: ¿permito a Dios que me quiera?” (24.12.2014)
10. Bondad, mansedumbre por una Navidad autentica
“La vida tiene que ser vivida con bondad, con mansedumbre. Cuando nos damos cuenta de que Dios está enamorado de nuestra pequeñez, que él mismo se hace pequeño para propiciar el encuentro con nosotros, no podemos no abrirle nuestro corazón”. (24.12.2014)
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