Ficha para la animación de Grupos REVIBE: «En el amor entrañable de Dios, nuestro Padre»

Bienvenida: Queridos amigos y amigas: una vez más nos reunimos para compartir nuestra fe y seguir profundizando en el Amor de Dios en nuestras vidas y como llevarlo a nuestros hermanos y hermanas.

Damos Gracias a Dios por su presencia y le pedimos que nos ayude a decir “si” en este caminar.

Oramos juntos (H. Nouwen): 

Señor, me doy cuenta de todo lo me pides es un simple sí, un simple acto de confianza para que, de ese modo, la elección que Tú haces por mí de frutos en mi vida.

No quiero estar tan ocupado con mi forma de vivir, mis planes y proyectos, mis parientes, amigos y conocidos, que no me de cuenta siquiera de que Tú estás conmigo, más cerca que ningún otro.

No quiero ser ciego a los gestos de amor que vienen de tus manos, ni sordo a las palabras amorosas que vienen de tu boca. Quiero verte cuando caminas conmigo y escucharte cuando me hablas.

Proclamamos el evangelio del próximo domingo: Véase: www.centroberit.net, apartado Espiritualidad: Evangelio y comentario). En torno a la escucha del evangelio, hacemos un breve silencio y compartimos con el grupo.

Tema de la reunión: En  el amor entrañable de Dios, nuestro Padre (Dejarnos hablar por Dios, Francisco Martínez García. F., Ed. Herder, 2006, pág. 97-102)

Tras un trabajo personal de lectura, meditación, comunión y oración con el texto,  compartimos en el grupo lo que nos ha sugerido el tema, qué nos ha ayudado, dificultades para llevarlo a la vida del día a día. Para centrar el diálogo, se plantean las siguientes que cuestiones:

• ¿Qué entiendo por ser persona y apóstol entrañable?
• ¿Me afectan los problemas de los demás y/o vivo preocupado/ocupado en mis intereses? 
• ¿Cómo vivo la fe para que los alejados, las “muchedumbres” que se refiere el evangelio puedan experimentar las entrañas de un Dios Padre?

Oración final de despedida: 

Damos gracias a Dios por este espacio de caminar juntos y le pedimos a la Virgen que nos ayude en este caminar. Dios te salve María…