Los pasados días 21 y 28 febrero, el Padre Laurentino Novoa participó en el Curso sobre los Sacramentos, organizado por el Instituto Diocesano de Estudios Teológicos para Seglares. Su ponencia versó sobre el tema «Los aspectos esenciales de los sacramentos».

A continuación se incluyen las principales conclusiones de la ponencia.

Concepto e idea del Sacramento

El Padre Laurentino Novoa inició su exposición explicando la etimología de la palabra “sacramento”. “Como muchos de los términos de la teología, de la vida cristiana, viene del latín”. Se introdujo en la Iglesia en el siglo III, explicó. Se habla que fue Tertuliano, de lengua y cultura latina, quien lo introdujo. “Indica la idea de un “signo sagrado”, señaló. 

Con ello, los autores de la época tradujeron el término “misterio”, de origen griego. El término “sacramento” viene a explicar el misterio y evoca un signo. El término “misterio” evocaba a una realidad oculta que se torna parcialmente visible a través del signo. San Pablo, cuando habla del misterio de Cristo, se refiere el misterio oculto de Dios que se nos ha manifestado históricamente a través de Jesucristo. 

Explicó que “las palabras “signos” y “símbolos”, aunque a veces se utilizan indistintamente, tienen matices distintos”. 

Los sacramentos son también celebraciones, de tipo simbólico; celebraciones rituales; un rito es una acción simbólica. Los sacramentos cristianos son también celebraciones simbólicas, son también experiencias de encuentro, del hombre con Dios, con Cristo, del hombre con la gracia». 

En cuanto que los sacramentos son signos sagrados, toda religión tiene signos sagrados, y de alguna manera, sacramentos. 

“Nosotros los cristianos entendemos que toda la historia de la salvación tiene una estructura sacramental porque Dios nos ha hablado a través de mediaciones, de signos. Dios nos habla a través de la creación, de la historia, de las personas, a través de acontecimientos. Por tanto, toda la historia de la salvación tienen una estructura sacramental.” 

Explicó igualmente que entre católicos, ortodoxos y protestantes se da una distinta valoración dentro de los cristianos de los sacramentos.  Las menores diferencias se dan entre católicos y ortodoxos, de hecho entre ambos hay una “comunión de sacramentos”. Para los ortodoxos, también hay siete sacramentos aunque la enumeración es distinta. 

Estudio de los Sacramentos

El Padre Novoa señaló que «el marco teológico, donde se han situado los sacramentos a partir de Santo Tomás, es la cristología, el misterio de Cristo. Porque el misterio de la Encarnación es el gran acontecimiento histórico a través del cual Cristo nos ha hablado, nos habla y nos sigue hablando. Por eso, en la tercera parte de la Summa Teológica, habla de Cristo, del Misterio de la Salvación, del Verbo Encarnado y, después, de los sacramentos».

 «El marco teológico de los sacramentos es el misterio de Cristo y, unido, también el misterio de la Iglesia». 

Y unido al misterio de Cristo, el misterio de la Iglesia, porque ésta es Cuerpo de Cristo y, por lo tanto, dentro de la cristololgía y de la eclesiología se entienden los sacramentos. El esquema teológico es “Cristo es sacramento de Dios, el gran signo de Dios, que nos habla de Dios” y “la Iglesia es el gran signo de Cristo”. “Los siete sacramentos son don de Cristo sacramento y expresión de la Iglesia sacramento y, por lo tanto, en esos siete sacramentos experimentamos el don de Cristo y el misterio -también de salvación- que es la Iglesia”. 

En el estudio de los sacramentos hay siempre dos partes. Una parte que se llamaba “sacramenta in genere”, es decir, “los sacramentos en general” y, una segunda, “sacramenta in especie”, que se refiere a cada uno de los siete sacramentos. En la primera parte, la general, se explicaba qué es un sacramento, la naturaleza del sacramento, por qué siete sacramentos, en qué sentido obra la gracia, el misterio del sacramento…En los sacramentos en especie se estudian los siete sacramentos, que se han dividido en tres grupos: los de iniciación (Bautismo, Confirmación y Eucaristía), que nos inician en la fe, en el testimonio de la fe y en la plenitud de la fe, respectivamente; los de sanación (penitencia y unción), nos hablan de sanación corporal y espiritual-liberación del pecado; sacramentos al servicio de la comunidad (antes sociales): el orden, hacia la sociedad espiritual, y el matrimonio, ordenado a la sociedad humana. 

Evolución histórica del estudio de los sacramentos

En primer lugar, la época antigua. En esta época falta una especificación de los sacramentos. En la Antigüedad cristiana hay mucha vida sacramental pero no está elaborado el concepto. Especialmente, se reconoce el Bautismo y la Eucaristía (“la Cena del Señor”). Después, la Penitencia, que evolucionó mucho históricamente (hasta el finales del siglo VI, no existió en la fórmula individual actual). Por su parte, el Matrimonio se entendió tardíamente. 

Esta especificación empieza a darse en la Edad Media (S. XII-XIII), que es cuando nace la teología sistemática. El primer tratado sobre sacramentos lo escribió Hugo de San Víctor: “De sacramentis christianae fide”. Después, vino Santo Tomás, Pedro Lombardo… Aquí es donde se elabora con más precisión del término “sacramento” y es cuando nace una idea más elaborada del concepto, tal y como ha llegado a nuestros días. 

Una tercera etapa es el Concilio de Trento (S. XVI), que realizó una síntesis de la doctrina católica de los sacramentos. Los protestantes habían puesto muchas cosas en cuestión sobre los sacramentos y el Concilio de Trento hizo una definición dogmática de los sacramentos. Muchas de las definiciones de Trento deben entenderse como respuesta al cuestionamiento protestante. 

Una nueva etapa, la época postridentina (S. XVII-XX), caracterizada por la inamovilidad y estabilidad sacramental. La práctica sacramental de la Igleisa es una afirmación de la identidad católica frente a los protestantes, que priorizaban la Palabra frente a los sacramentos. Son cuatro siglos, desde finales de Trento hasta el S. XX. En el 1588 se estableció, por Sixto V, la Sagrada Congregación de Ritos, que tenía como misión velar por la pureza litúrgica. 

Una nueva etapa se inicia con el Siglo XX, que se da una renovación de la teología sacramental. Lo que más influyó para esta renovación fue el “Movimiento Litúrgico”, promovido por los monjes benedictinos de Centro y Norte Europa, que se dedicaron a recuperar el sentido de la liturgia y, a partir de ahí, el sentido celebrativo. Ello conllevó también un efecto en la manera de entender la celebración de los sacramentos, culminando en el Concilio Vaticano II, en el que dos capítulos de SC estuvo dedicado a los sacramentos. 

En la actualidad hay un interés creciente por lo sacramental, sobretodo a partir de la revalorización de lo simbólico, de lo celebrativo. 

Laurentino Novoa: «En la actualidad, existe un interés creciente por lo sacramental, sobretodo a partir de la revalorización de lo simbólico, de lo celebrativo».

Diversos aspectos

Recordó Novoa que los sacramentos tienen muchos aspectos. «El que más nos suele interesar es el dogmático, el teológico, el pastoral, el espiritual… porque nos lleva a la vivencia cristiana.

Pero existen otros aspectos, que nos ayudan a entenderlos mejor, sobretodo, los aspectos litúrgicos. Debe recordarse que la Sacrosanctum Concilium, del Vaticano II, dio mucha importancia a los sacramentos. Pero también el Catecismo de la Iglesia Católica reserva un interés especial a los sacramentos, dedicándole 614 números. 

Pero hay también aspectos jurídicos. Así el Libro IV del Código de Derecho Canónico, 325 cánones se encuentran dedicados a los sacramentos (si bien, de los cuales, una tercera parte se reservan a regular el matrimonio). 

Igualmente hay aspectos morales, sobretodo en el sacramento de la penitencia o del matrimonio.

Importancia de los Sacramentos

El Padre Novoa planteó igualmente por qué son importantes los sacramentos. 

En primer lugar, porque el sacramento pertenece a la esencia de la Revelación, que tiene una estructura sacramental. Hablar de sacramentos es hablar de la Sagrada Escritura, que nos habla de esa mediación entre Dios y el hombre, que lleva al encuentro de Dios y el hombre. 

Porque pertenece también a la esencia e la experiencia religiosa. Porque no hay religión, sin signos, sacramentos, para comunicarnos con Dios. En todas las religiones existe este fenómeno. También en el cristianismo tiene una base humana y religiosa. 

Porque tiene que ver con la práctica de la fe. Para nosotros, los cristianos, tiene que ver con la práctica de la fe. Es una fe celebrada, hecha vida. El cristiano celebra su fe en los sacramentos. Una fe concreta, que quiere llevar al hombre a una experiencia cristiana en su propia vida. 

Porque en torno a los Sacramentos gira la Liturgia y la Pastoral. Toda la vida cristiana, la espiritualidad cristiana tiene dos fuentes de inspiración, la Palabra y los Sacramentos. Vivir los Sacramento es vivir la esencia de la liturgia cristiana. La Pastoral de la Iglesia gira en buena medida en torno a los sacramentos. La pastoral es preparación para los sacramentos (Bautismo, Eucaristía, Confirmación..).  

También porque la práctica religiosa cristiana común tiene que ver generalmente con los sacramentos. Aquellos que no son muy practicantes, conocen el Bautismo, las Exequias…

Texto importante del Vaticano II (SC, 59)

El Padre Novoa analizó el n. 59 del Sacrosanctum Concilium, en el que se describen los sacramentos y, en particular, el para qué de los sacramentos, su finalidad.

«59. Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios; pero, en cuanto signos, también tienen un fin pedagógico. No sólo suponen la fe, sino que, a la vez, la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y de cosas; por esto se llaman sacramentos de la «fe». Confieren ciertamente la gracia, pero también su celebración prepara perfectamente a los fieles para recibir fructuosamente la misma gracia, rendir el culto a dios y practicar la caridad.»

Este texto nos ayuda a entender la finalidad de los sacramentos.

1. La primera, la santificación del hombre. ¿Qué es la santificación? planteó.  «Es ese movimiento que va Dios al hombre, que nos hace partícipe de lo que Dios es, de la vida divina, de la santidad… Que se da por medio de la Encarnación de Cristo. La primera finalidad es esa. Para que eso de lo que Dios nos ha hecho partícipes, los experimentemos». 

2. Pero también para dar culto a Dios, movimiento ascendente del hombre a Dios, que quiere presentar su ofrenda, su alabanza, su gratitud. 

3. Habla más: los sacramento son también para edificar la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. A través de los sacramentos se edifica la Iglesia. «Lo esencial de la Iglesia son los sacramentos» señaló el ponente y evocó el texto de Juan: “salió sangre y agua”. Los Padres de la Iglesia lo entendieron como expresión del Bautismo y la Eucaristía, que edifican la Iglesia. Recordó las palabras de San Juan Crisóstomo: “La iglesia nació del costado de Cristo”, cuyo texto leemos en la Liturgia de las Horas del Viernes Santo. SC 5: “Del costado de Cristo, muerto en la Cruz, nace el sacramento admirable de la Iglesia entera”. 

4. También, en cuarto lugar, para comunicarnos con Dios y para que Dios se comunique con nosotros. Se refiere al  fin pedagógico de los signos. 

5. Luego habla de esta relación de los sacramentos con la fe. Si no tenemos fe, no entenderemos los sacramentos cristianos: la presupone, la alimenta, la robustece y la expresa. 

6. Finalmente, el texto nos habla de esa relación esencial con la gracia. «La gracia es, sobretodo, el don de Dios en Cristo, la salvación». Nos introduce en el misterio de la salvación de Dios en Cristo. La gracia se identifica con don, regalo. El gran regaldo que Dios nos ha hecho es Cristo. Ello significa que comunican la gracia. No son unos signos cualesquiera. De ahí la diferencia entre sacramento y sacramental. 

Situación sobre la práctica sacramental

Igualmente se cuestionó el ponente, «¿cómo es la práctica sacramental hoy en día?». Señaló que, a su parecer, en la actualidad se produce «una oscilación entre el “sacramentalismo tradicional” y una “práctica renovada” en el espíritu del Concilio Vaticano II». 

Por un parte, la situación actual adolece de un cierto «sacramentalismo«, que limita la vida cristiana a la administración de los sacramentos. Este sacramentalismo estaba muy centrado en el Bautismo, la Primera Comunión, el Matrimonio y las Exequias. SE trata de una situación donde se da mucha pasividad y consumismo sacramental. Hay una concepción muy pasiva. Hay una reducción del sacramento al momento de la celebración. También adolece un cierto individualismo. 

Pero concurre, al mismo tiempo, una «práctica renovada«, que se identifica con la fe personal, se hace de los sacramentos el centro de la vida y de la espiritualidad cristiana, es una celebración comunitaria y con mayor participación. Se produce una vinculación entre fe personal y compromiso de vida». 

La situación actual en torno a la práctica sacramental discurre entre el «sacramentalismo» heredado y una «práctica renovada» que se inicia a partir del Concilio Vaticano II.

Definición del Sacramentos

Las definiciones de sacramento marcan una evolución de la idea y del concepto de sacramento, explicó. Los sacramentos como experiencias espirituales no son fáciles de definir. Esta idea del sacramento pertenece a la fe y la fe es algo vivo es una realidad que va madurando, va creciendo y va progresando. 

Se presentan cuatro definiciones que se han dado en la historia. La primera de todas, San Agustín (354-430), el gran pensador del siglo IV, uno de los mayores pensadores de la Iglesia cristiana. Todo el primer milenio está lleno del pensamiento de San Agustín. Define al sacramento como “el signo visible de la gracia invisible”. La gracia, la experiencia de la salvación, es algo invisible y el sacramento permite hacerlo visible. A partir del pensamiento de Platón, todas las realidades visibles eran signo de lo invisible, del mundo de las ideas. Eso sirvió a S. Agustóin para expresar esta idea. 

El Catecismo Romano (1566), que nació del Concilio de Trento y fue publicado por San Pío V, recoge la doctrina católica frente a los errores de los protestantes. De él nacieron los catecismos populares (Astete y del Padre Ripalda). En el Catecismo Romano hay una definición del sacramento como “signo sensible instituido por Cristo para significar y dar la gracia”. Añade dos elementos importantes: la institución por Cristo (origen divino) y la eficacia de ese signo.  Y esta era igualmente la definición de los catecismos populares (Catecismos de Astete y del Padre Ripalda). 

El Catecismo de la Comunidad Cristiana (1978), de la Conferencia Episcopal Española, se daba una definición un poco más descriptiva y se añade algún elemento nuevo. “Los sacramentos son signos instituidos por Cristo mediante los cuales se realiza eficazmente el encuentro de Cristo resucitado a los hombres, a quienes el Señor, por el Espíritu Santo, comunica la gracia”. Esta es añade dos elementos más: (1) es un encuentro con Cristo, de Cristo resucitado con los creyentes, (2) la presencia o acción del Espíritu Santo. Quizá hasta la teología moderna, le faltó una reflexión sobre la acción del Espíritu Santo en la Iglesia. En Trento no aparece todavía, ni en la teología del S. XVI pero tampoco en la teología medieval. 

El Catecismo de la Iglesia Católica (1992), en el número 131, se da una definición de los sacramentos. Son signos eficaces de la gracia, instituidos por Jesucristo, y confiados a la Iglesia, por los cuales nos es dispensada la vida divina”. No se habla tanto del concepto de gracia sino de la vida divina. Pero viene a ser lo mismo. Se añaden dos nuevos elementos: (1) el sentido eclesial: los sacramentos hay que entenderlos dentro del misterio de la Iglesia (fuera de este misterio, no se enctienden adecuadamente ya que la Iglesia es la prolongación del misterio de Cristo a lo largo de la historia), (2) los sacramentos son dones, regalos de Dios, en los que se da la vida divina. El concepto “vida” probablemnte nos ayuda mejor a comprender, mejor que el de la “gracia”, aunque más bíblica, más etéreo para el pensamiento moderno. 

Elementos que configuran el Sacramento Cristiano

Todos estas definiciones tienen un denominador común, que es el concepto de “signo”, algo “referencial”. El signo ,en lingüística, es la unión del significante y el significado. Por ello, no nos podemos quedar en el propio signo. El agua, el óleo… es el significante. A veces, cuando se habla de sacramentos no solo se suele decir que son “signos” sino que son también “símbolos” (J.M. Castillo: “Símbolos de libertad”). A veces son intercambiables, pero en relaidad no es lo mismo. Un símbolo es un signo pero no así al revés, no todo signo es símbolo. El signo tiene una significación más arbitraria (como los semáforos, pero no el agua, que tiene una significación intrínseca).

Señaló el P. Novoa que el sacramento es algo referencial, siempre remite más allá de sí mismo, como los símbolos y los signos. 

Los elementos que configuran el sacramento son los siguientes: 

  • Signos de Cristo: No son unos signos cualquiera, sino que son unos signos que están constituidos por Cristo en el sentido que en Cristo tienen su origen y su sentido. Los sacramentos cristianos no tendrían ningún sentido si no lo vinculamos con el misterio de Cristo y el misterio pascual. Son actos de Cristo. Como dijo San Agustín: “Es Cristo quien bautiza”. 
  • Signos sensibles: o visibles, en palabras de San Agustín. Entran por los sentidos. Llegamos a las realidades espirituales a través de las corporales. Los medievales decían que se componían de materia (lo visible el agua…) y forma (lo que daba el sentido: las palabras.…).  
  • Signos eficaces: para la salvación, porque son actos de Cristo y porque actúan el Espíritu Santo. Si fueran meramente actos humanos, no hablaríamos de eficacia. 
  • Signos de gracia: cuando empleamos ese término “gracia” debemos entender la salvación que Dios nos ha ofrecido y nos sigue ofreciendo a través de Cristo. Juan, prólogo: “esa vida se nos manifestó” y esa vida es Cristo. Son la salvación gratuita de Dios. Por eso, gracia es “nueva vida”: espíritu, amor, salud, fortaleza. 
  • Signos eclesiales: en la definición del Catecismo de la Iglesia Católica. Se reciben en la Iglesia y a través de la Iglesia, porque la Iglesia es esa prolongación del misterio de Cristo (recordó a San Pablo: la Iglesia, como cuerpo de Cristo). Los sacramentos hay que entenderlos en el misterio de la Iglesia, entendiéndola en sentido teológico, bíblico, profundo y no meramente sociológico. Por eso, los sacramentos parten de las experiencias fundamentales de la vida humana, parten de la vida humana y llevan a la vida divina. Son también como una presencia de la salvación de Dios en Cristo, a lo largo de toda la trayectoria de la vida del ser humano. 

Pensar sacramental – Lenguaje sacramental

El Padreo Novoa explicó igualmente la diferencia entre el pensar científico y el pensar sacramental. Hay un artículo de Leonardo Boff (autor que realizó su tesis doctoral sobre los sacramentos), que se refiere precisamente al «pensar sacramental”. El pensar científico es un pensar exterior, empírico. Hay una realidad más honda, que Boff llama «pensar sacramental», interior, simbólico, profundo. La ciencia, ciertamente necesaria, abunda en una visión superficial de la realidad. Por el contrario, el sacramento es una visión profunda de la realidad («el agua no solo es H2O, es símbolo de la vida»).

En ese sentido, el símbolo es un concepto muy importantes para el pensamiento filosófico moderno. Lo simbólico, la idea del símbolo es totalmente actual en la antropología moderna. El pensar simbólico ha superado el racionalismo medieval y moderno. El medieval, porque San Tomás lo importante es la razón, mientras los símbolos estaban destinados para la gente ruda, sin formación. 

También hay que recordar que el símbolo es el lenguaje simbólico para expresar la realidad, las realidades más hondas de la persona humana. 

Por otra parte, el ponente distinguió igualmente entre el lenguaje común y el lenguaje sacramental. Los sacramentos son una forma de comunicación y, por tanto, una forma de lenguaje. Nos hablan, nos comunican. El lenguaje comunica, expresa y crea. También tiene sus matices, sus aspectos distintos: hay un lenguaje conceptual y un lenguaje simbólico, que  nos habla por medio de símbolos. El lenguaje religioso, básicamente, es un lenguaje simbólico. Tiene dos características, una de ellas es que este tipo de lenguaje es eminentemente simbólico. Y es un lenguaje implicativo: utilizar ese lenguaje lleva consigo implicación. 

En los sacramentos, Dios nos habla, se comunica con nosotros de una manera simbólica. Supone, por ejemplo, nacer de nuevo: en el Bautismo, en el agua y en el Espíritu. 

En los sacramentos, Dios nos habla, se comunica con nosotros de una manera simbólica

Es un lenguae eminentemente simbólico. Pero es también un lenguaje no meramente descriptivo, sino tmabién creativo. En la filosofía linguística es un lenguaje performativo, un lenguaje creador Austin (“Cómo hacer cosas con palabras”), el lenguaje de los sacramentos es performativo en el sentido de que cuando dice esas palabras eficaces, crean algo, transforman a la persona. Por ejemplo, dos hermanos peleados, cuando uno dice al otro: “Yo te perdono”. 

Niveles de la acción sacramental

Los sacramentos cristianos tienen tres niveles a los que se refirió el ponente: 

  • Nivel natural-humano: el nivel natural humano hace referencia al hombre, a la persona. Sería como el fundamento antropológico de los sacramentos. Este esta constituido, en primer lugar, por los elementos materiales del signo sacramental (agua, pan vino, aceite) y también por la experiencia humana de la que parten los sacramentos (nacer, morir, compartir, sanar, amar….). Es necesario entender la base humana, porque nunca entenderemos la nueva vida del bautismo, si no valoramos la vida. O lo mismo el pan…
  • Nivel religioso: es la referencia explícita a Dios. El primero lo puede entender toda persona humana, que es sensible. Pero este segundo nivel se realiza una referencia explícita a Dios como ser trascendente. Los sacramentos nos lleva al descubrimiento de lo divino. Por ejemplo, cuando nace un niño, admiran la vida, acogen la vida. Pero puede llegar un segundo momento en que los padres pueden llegar cuestionarse de dónde viene la vida y que la vida es un regalo de Dios. Le llevan a bautizar. Este nivel religioso a veces es común a otras religiones, que tienen ritos comunes, que se asimilan a lo que nosotros llamamos sacramentos. 
  • Nivel cristiano. Además del valor en sí mismo, humano, tiene un sentido nuevo a partir del misterio de Cristo. Ese sentido nuevo es lo que hace que el sacramento sea un sacramento cristiano. Cristo nos ofrece una nueva vida. Nacer de nuevo, al Reino de Dios, que tiene lugar a través del misterio de Cristo, de la fe de Cristo. 

En la experiencia cristiana se pueden distinguir estos tres niveles pero no se pueden separar. Para alcanzar el nivel cristiano, se debe partir necesariamente del valor humano y del religioso.  

Para alcanzar una auténtica experiencia sacramental, el nivel cristiano de la experiencia no puede separarse del propiamente humano y del genéricamente religioso.

Problemas y peligros en torno a los Sacramentos

El Padre Novoa se refirió, seguidamente, a los problemas en torno a los sacramentos. Señaló, en concreto, tres retos o problemas para la teología, la pastoral o la liturgia.

  • Para la teología. Sobretodo para la teología el reto importante es armonizar fe y sacramento. Para los protestantes, sólo la fe, para algunso católcios, solo los sacarmntos. El primer reto es armonizar fe y sacramento. El crea y convierta se salvará, dice el Evangelio.
  • En la pastoral, hay otro reto, cohonestar evangelización y sacramentalización (la evangealización debe culminar en el sacramento pero no podemos olvidar la evangelización).
  • En la liturgia, el reto se encuentra en armonizar la ación litúrgica y el compromiso profético. Muchos se quedan en lo estético pero no llegan al compromiso profético. Se trata de armonizar lo estético y lo ético.

Pero también se refiere a los peligros que acechan en torno a los sacramentos, sobretodo tres: 

  • El ritualismo mágico: una especie de instrumentalización de lo sagrado. Se da cuando se da un vaciamiento del rito, la “momificación” del rito. Cuando el rito está vacío de vida. 
  • La cuantificación y cosificación sacramental. Pensar que cuantos más sacramentos recibimos mejor. No se trata de cantidad, sino de verdad. No se pueden convertir los sacramentos en “cosas” que recibimos, es algo mucho más sagrado. 
  • Valorar solamente los aspectos jurídicos del sacramento. No podemos convertir los “despachos parroquiales” en una burocracia. 

Puntos esenciales de la doctrina católica sobre los Sacramentos

Estos puntos esenciales se fundamentan en la síntesis que hizo el Concilio de Trento y que definen la doctrina sobre los sacramentos. Son puntos que están definidos. 

  • Institución por Cristo (origen divino): los sacramentos todos ellos están instituidos por Cristo, que es lo que negaban los protestantes. Están institudios por Criso porque todos los sacramentos y el sentido de todos tienen su origen en Cristo y en el misterio pascual. 
  • Número septenario: Trento dice que los sacramentos no soln ni más ni menos que siete. Esto resulta más complicado. En los primeros siglos, no se hablan de siete sacramentos. En torno a la época medieval fue cunado se habló de siete. Tenía un significado simbólico. Significaba la plenitud de la salvación del Cristo. Siete es la suma de tres más cuatro. El tres era el símbolo de la Trinidad y el cuatro, la de la realidad cósmica, formada por cuatro elementos, cuatro puntos cardinales…. En la Biblia, es conocida su significatdo (los siete días de la creación, las siete iglesias del Apocalipsis, más de seiscientos referencias al siete, según los autores).  Lo que expica es la toalidad, la plenitud de la salvación que Dios nos a en Cristo 
  • Novedad de los sacramentos cristianos: Por la fe en Cristo y por la eficacia en la salvación. Otra cuestión discutida por los protestantes. 
  • Distinción y jerarquización de los Sacramentos: no todos los sacramentos tienen la misma importancia. Por eso los teólogos hablaban de sacramentos “mayores” (el Bautismo y la Eucaristía, algunos la Penitencia) y “sacramentos menores”. 
  • Necesarios para la salvación: Son todos necesarios en el conjunto de la Iglesia ay la vida humana pero no individualmente. 
  • Contienen y comunican la gracia eficazmente. A quién no pone óbice, cuando hay una buena disposición por parte del hombre. 
  • Obran en virtud de la gracia de Dios (ex opere operato). Se obra la gracia no tanto por mis virtude speresonales, sino por la gracia de Dios. Santo Toma´s dice “El sacramento no actúa en la virtud de la justicia del hombre que lo da o lo recibe sino por el poder de Dios”. 
  • Algunos imprimen carácter: sobretodo, el Bautismo, la Confirmación, o el Orden. Esto es un signo espiritual “indeleble”. Para los orientales, es el “sello” Es el “sí” de Dios al hombre, que es para siempre (a diferencia de la respuesta del hombre a Dios). 
  • Sobre los ministros de los Sacramentos: Trento indicó que no todos los cristianos tienen poder o potestad respecto a la palabra o para administrar los sacramentos. Realiza lo que la Iglesia quiere expresar y no lo cada uno quiere. La gracia del sacramento se da o actúa prescindiendo de la dignidad o actitud de quien lo administra. 
  • Ritos establecidos por la Iglesia.Los ritos por los que los cristianos celebramos los sacramentos son establecidos por la Iglesia. 

Para más información sobre el curso 2021-2022 e inscripciones: https://centroberit.net/curso-2021-2022-del-instituto-diocesano-de-estudios-teologicos-para-seglares/

 

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