Finalizada la festividad de la Semana Santa, el pasado día 12 de abril se reanudaron las clases del Instituto Diocesano de Estudios Teológicos para Seglares, con la sesión a cargo de D. Laurentino Novoa, Doctor en Teología, con el tema “La síntesis escolástica: Tomás de Aquino”.
El ponente inició su exposición con unas explicaciones previas sobre la fe trinitaria, señalando que es un misterio inefable pero que la fe cristiana es, ante todo, una fe trinitaria. Es, en realidad, lo más característico de la fe cristiana, que la diferencia del resto de religiones monoteístas. “Esta fe en la trinidad -señaló Novoa- tiene unas consecuencias concretas a la hora de representarnos a Dios, no como un ser omnipotente sino solidario, un Dios como comunión. Pero tiene consecuencias, igualmente, a la hora de concebir a la persona humana. Ya que los hombres hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, como un seres abierto a la comunión”.
Pero esta fe de la Iglesia en la Trinidad no fue fruto de la especulación humana sino que es algo que Dios ha ido revelando a los hombres a lo largo de toda la historia de la Salvación. En el Antiguo Testamento, Dios se presenta como Padre de Israel y de los de más pueblos. En el Nuevo Testamento, Jesucristo se manifiesta como hijo de Dios y Dios como Padre, pero también se experimenta el Espíritu Santo como presencia en nuestro ser más íntimo. Dios se manifiesta como un Dios Creado y trascendente pero también como Dios redentor. Y un Dios santificador presente en nuestra interioridad.
Novoa explicó que, a partir del siglo IV, la Iglesia ha expresado esta fe trinitaria sirviéndose del pensamiento filosófico griego: una naturaleza en tres personas. El término naturaleza responde a la unidad de eternidad y el término “persona” responde a la trinidad en la unidad. La teología moderna parte más bien de las tres personas divinas, juntas. Las tres están siempre interrelacionadas y en eterna comunión. Esta relación es tan absoluta que las tres se unifican sin fundirse en un Dios vivo, de amor.
Frente a las diferentes definiciones equivocadas que se han sucedido a lo largo de la historia de la Iglesia (las llamadas ”herejías trinitarias”), tales como el triteísmo o el subordinacionismo, la fe de la Iglesia, explicó el ponente, es una renuncia a dar una explicar del misterio; no pretende comprender a Dios en su totalidad sino que es la expresión de sus límites. Por eso hay que recordar que el valor de los conceptos, expresiones, es siempre un valor aproximativo, analógico, en orden a establecer los límites de la fe revelada por Dios.
Laurentino Novoa, en su exposición, se refirió igualmente, a la perspectiva histórica de la elaboración de la doctrina trinitaria. Ya desde el inicio, los primeros cristianos tuvieron una conciencia clara de esa fe trinitaria, aunque al principio no hubiera ninguna reflexión teológico sobre ella, ni siquiera en San Pablo. La expresión de esta fe trinitaria estaría presente, ante todo, en la liturgia y, en particular, en la litúrgica bautismal.
Las primeras explicaciones de este misterio comenzaron a darse a finales del S. II y en el S. III en un proceso no exento de “peligros”: acentuar tanto la esencia divina que reduce al límite la entidad de las personas; por otra parte, resultar especialmente la distinción real de las personas devaluando la unidad de la esencia divina. El periodo que discurre entre los S. III y IV coincide con el periodo de las herejías trinitarias. La herejía más conocida, sobretodo en el S. IV es el arrianismo, que negaría la naturaleza divina del Hijo. Para rechazar esta postura, el Concilio de Nice (325) que definió la consustnacialidad del Padre y del Hijo. Sería, por su parte, el Siglo IV una ´poca de gran influencia de los padres capadocios (San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San Gregorio de Nisa). Especialmente, San Basilio, explica la personalidad del Espíritu Santo. Su doctrina sería fue recogida en el segundo concilio, el de Constantinopla.
Influyó profundamente también en la reflexión trinitaria S. Agustín, que entiende la divinidad como la esencia en tres formas de la existencia e introdujo el concepto de la relación. Explica que la relación de las personas divinas, el Padre, el Hijo y el Espíritu son términos relativos, el término absoluto es Dios.
Una vez realizada esta introducción, el ponente se refirió a la síntesis escolástica del pensamiento cristiano sobre Dios y la Trinidad, haciendo una breve reflexión sobre dicho. Movimiento teológico que se originó en el S. XII y, que en última instancia, pretendió armonizar la razón y la fe, configurándose, por primera vez, la teología como ciencia, a partir de la concepción de Aristóteles, como un conocimiento cierto a partir de las causas.
La escolástica encuentra su punto culminante en Santo Tomás de Aquino. Santo Tomás divide la filosofía de la teología y, partiendo de esa separación, entiende que la teologice puede servir como complemento a la filosofía y la filosofía como preparación a la teología.
La clave de la filosofía atomista es la analogía del ser. Dios es un ser, las criaturas son seres. Dios y las criaturas no son idénticos pero no son completamente distintos sino que se corresponden proporcionalmente. Esa proporción es de relación de causa a efecto.
Por otra parte, la filosofía lo que hace es usar la razón y parte de la experiencia de las cosas humanas para remontar racionalmente a Dios. “El teólogo parte de Dios y de lo que Dios nos revela, para llegar a las criaturas. Casi toda la filosofía se dirige, en última término, al conocimiento de Dios. Sin la Revelación, no podemos nunca estar seguros de poder alcanzar un conocimiento adecuado de Dios. De ahí, la necesidad de la revelación. Por eso, la razón y al Revelación están llamadas a armonizarse y a complementarse mutuamente”, explicó Novoa.
Otro aspecto importante del pensamiento de Sto. Tomás es la metafísica, inspirada en la metafísica de Aristóteles.
Novoa explicó, en este sentido, que la relación entre la razón y la fe según Sto. Tomás es complementaria: la Revelación no anula la razón. La razón está simplemente subordinada a la Revelación, a la fe, aunque la razón no puede demostrar lo que pertenece a la fe pero sí que puede servir de herramienta auxiliar de la fe (demostrando los preámbulos de la fe o rebatiendo objeciones a la fe). Los “articula fidei” (por ejemplo, la Santísima Trinidad) puede aclararlos o defenderlos aunque no los pueda demostrar nunca.
Pero, ¿cómo explica Santo Tomás la Trinidad con esos recursos filosóficos, especialmente, aristotélicos?. Podemos preguntarnos hasta dónde llega la razón en la comprensión de ese misterio de la Trinidad, planteó el ponente.
Quizá para la hablar de eso habría que recordar que Sto. Tomás fue profundamente influido tanto por San Agustín como por el propio Boecio, que determinó su propia definición de persona. Boecio definiría a la persona como la “sustancia individual de naturaleza racional” que ha estado muy presente en la filosofía hasta la época moderna. Santo Tomás aplica ese término “persona” adecuadamente a Dios como algo existente en sí.
Finalmente, Novoa reflexionó sobre lo que significa la fe trinitaria. La doctrina trinitaria es algo que tiene que ver con nuestra vida cristiana y nuestro ser cristiano. Y ello en el siguiente sentido:
- La doctrina trinitaria nos enseña que Dios es amor y que es misterio. Dios Trinidad es el misterio por excelencia que incluye y explica el misterio de la persona humana, creada por amor y para amar. No solo es Dios es un misterio sino que el hombre es también un gran misterio. Dios Trinidad es una realidad única y comunidad. La Persona humana es una realidad única y abierta a la comunión.
- Dios es ante todo solidaridad, comunicación y palabra. Dios es amor comunicado, recibido, multiplicado y participado en el Espíritu Santo. Esa dimensión del Dios Trinitario nos recuerda que la persona está llamada a realizarse en comunión y solidad. Pero nos enseña además otra cosa importante, que en toda la creación existe un misterio de comunión y solidaridad, que está invocando una solidaridad y comunión de la creación con su creador, del hombre con su creador y con todas las criaturas entre sí.
- Dios es el que es, que fundamenta todo lo real, por lo que el mundo trascendente manifestándose como Dios Padre omnipotente y creador de todo, también la realidad histórica manifestada como Dios Hijo encarnado en nuestra humanidad, y abona la realidad inmanente (Dios abarca la interioridad del hombre). Dios llena la realidad pero invita al hombre a encontrarse con él, en la apertura a la trascendencia, la existencia humana, la interioridad.
- Dios es único y múltiple. Incluye y supera la unidad y la multiplicad. Como señalaría Ratzinger, no solo la unidad es divina sino también la multiplicidad que se integra en la unidad. La verdadera unidad no se construye a través de la uniformidad sino a través de la comunión integradora de lo múltiple.
- Dios creador del hombre, la persona humana es un reflejo del amor trinitario y creador de Dios reflejado en el segundo relato de la creación: dios creó al hombre de la tierra, de sus propios manos, in le insufló su espíritu. San Ireneo: las manos de Dios que nos moldean.
- Dios es persona. Además el ser persona de Dios fundamenta y explica el ser persona del hombre. El ser personal de DIos no explica como algo autónomo sino relación con la esencia divina. Revela lo absoluto que es DIos en lo relativo que es la persona.
- Dios es Trinidad de eterna comunión. Si la doctrina trinitaria nos enseña que las tres Personas son un solo Dios pero están permanentemente interrelacionadas y en comunión actual en toda la historia de la salvación y en cada historia de persona de cada hombre, y cada mujer.
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