El diálogo, según el Evangelio, laboratorio de la verdad
Bienvenidos. Cuando un grupo de revisión de vida es un grupo de amistad, la convivencia se convierte en un laboratorio de verdad.
Oración inicial
Ayúdame Señor a seguirte, a unir mi vida con la tuya y vivir el sueño que tienes para mí. Mírame en mi confusión, y permíteme sentir tu presencia. Lo único que me pides siempre es que no me esconda de ti, que no escape a tu amor. Quiero amarte y estar contigo, hablarte, y simplemente estar en tu presencia. Permíteme verme a mí mismo, en la luz de tu misericordia y elegirte siempre. Amén. (Henry Nouwen)
Evangelio
Escuchamos el evangelio correspondiente al domingo siguiente a nuestro encuentro. dedicamos un tiempo de silencio y compartimos la experiencia de la Palabra.
Tema de la reunión:
El diálogo, según el Evangelio, laboratorio de la verdad. (Libro: La revisión de vida. F. Martínez García. Ed. Herder. págs. 311-317)
Pedir diálogo es hoy ya un tópico recurrente. Si analizamos la vida, veremos que, en su fondo profundo, es un diálogo de existencias. El diálogo nos enriquece porque nos universaliza. Pero… cuál es nuestro nivel de apertura a este diálogo verdaderamente existencial?
El verdadero diálogo no es algo fácil y repentizable. F. Martínez nos habla de las actitudes y leyes que orientan a su construcción. Tras la lectura meditada del texto las siguientes preguntas pueden animar el diálogo:
¿Soy libre para escuchar?
– miedo a enfrentarnos con la verdad, con otras ideas, otros esquemas
– cerrado al punto de vista de los demás, centrados en nuestra verdad, en nuestras razones
– “sordo” hacia Dios y hacia el prójimo
¿Soy libre para hablar?
– orgullo: hablo con los importantes, con los de mi categoría
– cobardía, pereza
– esclavos de nuestra independencia
Oración final
Hay que encontrar nuevos caminos,
para tornar nuestra tierra de su exilio.
Y traerla otra vez de vuelta a casa, a nuestras manos.
Reaprendiendo como niños el oficio de cuidarla,
recobrando en su cuidado lo esencial de “ser humanos”…
Hay que despertar a nuestro ego ensimismado,
de esa indiferencia mortal a marginados,
mujeres, mayores, migrantes…, descartados.
Y recobrar el gusto por lo público y comunitario: la decencia, la bondad, la justicia y el diálogo.
Solo entonces alzaremos el vuelo a nuestro origen,
recuperando esa visión primera y honda de las cosas,
en la que ‘todo’, siendo tan distintos, éramos lo mismo:
tierra, tierra sagrada, con un cometido divino: ser cada uno de todos, cuidado y caricia cristalinos. (Seve Lázaro, sj)
Descarga: Guia para la reunión
Descarga: Tema: El diálogo, según el Evangelio, laboratorio de la verdad
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!