Abril 2017

 

LA VIVENCIA ESPIRITUAL DE LA PASCUA CRISTIANA: EL TRIDUO POR DENTRO

 

Oración inicial:

 Cantemos nuestra fe y, al confesarla, unidas nuestras voces de creyentes, pidamos al Señor que, al proclamarla, inunde con su luz a nuestras mentes. El gozo de creer sea alegría de servir al Señor, y su Palabra simiente en crecimiento día a día, que al don de su verdad el mundo abra.

Lectura y comentario del Evangelio dominical.

Tema: La vivencia espiritual de la pascua cristiana: el Triduo por dentro. Vivir el año litúrgico. Ed. Herder, 20002. Págs. 311 a 343.

La vida cristiana es hacer el camino de Jesús. La celebración de los misterios de la redención nos hace contemporáneos de Cristo y ahora somos su cuerpo que revive aquellos mismos misterios. El Cristo que se entrega, muere de amor y resucita, somos ahora él y nosotros. Cristo y la Iglesia. El triduo, vivido por dentro, requiere dejarnos sustituir por él, vivir su persona, sus acciones, sus actitudes. Reproducirlo a lo vivo. Ser hoy su pasión y muerte, su resurrección, en el contexto de las situaciones y problemas actuales. Hoy sigue siendo redención de Cristo, pero ahora en nosotros y desde nosotros, que somos su visibilidad terrena.

Jueves Santo. Sentirme Cristo en el Jueves Santo. Dejarme sustituir por él. Hacer lo que él hace y como él lo hace. Derramar mi vida en los demás. Hacer de mis relaciones manjar y banquete para todos. Construir la comunidad en la fraternidad y en la paz.

Viernes Santo.  Sentirme Cristo en su viernes santo. Pedirle que actualice en mí su pasión y muerte. Ponerme en su lugar. Aceptar con alegría el sufrimiento que cuesta amar. Hacer lo que él hace y como él lo hace.

Sábado Santo. Sentirme sepultado y resucitado con Cristo. Sentirme dándolo todo hasta el límite. Anticipar, en todo, la novedad pascual.

Vigilia Pascual.  Dejarme resucitar con Cristo. Enterrar el estilo de vida pagano y vivir el estilo de los hijos de Dios. Dejarme invadir por su paz e irradiarla. Dejarme conducir por el Espíritu del Resucitado amando siempre y en todo.

Cuestiones para animar el diálogo en grupo:

  • Mis caminos ¿son los de la cruz? ¿creo en la eficacia de la oración y del sufrimiento callado?
  • ¿Tenemos entre nosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo?
  • ¿Cuál va a ser mi aportación a la vida pascual de la comunidad cristiana?

Oración final:

 Señor, que tu gracia inspire, sostenga y acompañe nuestras obras, para que nuestro trabajo comience en ti, como en su fuente, y tienda siempre a ti, como a su fin.

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